Feminismo

Verín “non pechou" y arropó la lucha feminista gallega en la previa del 8-M

La mujer rural y su papel en los cuidados centraron las reivindicaciones con infinitos guiños a la lucha del paritorio

No podía ser en otro sitio. El feminismo gallego gritó este domingo en Verín en una nueva cita del calendario que reivindica los derechos de la mujer: el 1-M se convirtió este domingo en la previa oficial al Día de la Mujer, con numerosos asistentes (más de cinco mil, según la organización) a la manifestación convocada por Galegas 8M en el epicentro de la lucha que consiguió la reapertura del paritorio comarcal y que colocó en el mapa no solo a las embarazas de Verín, sino a toda una comunidad unida para exigir el mantenimiento de servicios en el rural. 

Ese símbolo tan grande que supuso la lucha del paritorio estuvo este domingo presente en cada consigna, en las camisetas, en el manifiesto,  en el sentimiento común. "Verín non pechou" o "Verín non se pecha, non nos sae da perrecha", dos de los gritos de la protesta. Protesta, sí. "Isto non é unha festa, é unha manifestación", recordaba bien una de las pancartas.


La reivindicación del papel de la mujer en los cuidados centró el lema de este 1-M y fue una de las cuestiones destacadas en el manifiesto, leído a cuatro voces. Una de esas voces fue la de Susana, trabajadora de ayuda a domicilio y madre: estaba embarazada de cuatro meses y medio a finales de noviembre, cuando megáfono en mano, cuestionó la decisión del cierre del paritorio ante los responsables de la EOXI ourensana en un Auditorio del hospital comarcal a rebosar para pedir explicaciones y apoyar a las suyas.

Aquello fue solo el principio y ahora Susana, cada vez más cerca de dar a luz, sabe que su hijo nacerá en Verín. A la voz de Susana se unieron este domingo centenares de personas. Llegaron no solo de Ourense y Verín. A Coruña, A Estrada, A Gudiña, Allariz, As Pontes, Betanzos, Burela, Foz, Chantada, Compostela, Ferrol, Lalín, Lugo, Sada, Vigo, Porriño, Viveiro, Vilagarcía y un largo etcétera de localidades de donde llegaron mujeres en autobús hasta la manifestación. A la marcha se unieron, entre otros, el candidato del PSdeG a la Xunta, Gonzalo Caballero, el de Galicia en Común, Antón Gómez Reino, o la parlamentaria ourensana del BNG Noa Presas.  

 

Otro de esos símbolos que es Verín es el rural. La mujer que apuesta por la vida fuera de la ciudad tuvo protagonismo en las reivindicaciones desde el inicio. El tractor conducido por una de ellas, del Sindicato Labrego, fue abriendo paso en la manifestación. "Se as labregas non plantan, as cidades non xantan. Mulleres do rural, existen e resisten".


El foco en lo invisible


Fue precisamente otra mujer ligada a la lucha del paritorio, una enfermera del hospital comarca desde que abrió hace 25 años, la que reivindicó el papel de la mujer en el rural. "Reclamamos o dereito a vivir no rural con dignidade, hai que por o foco de atención no invisble". Y lo invisible son los cuidados. "Sen coidados non hai vida. Son moito máis que a casa, as criazans e as persoas dependentes. Son todas esas tarefas invisibles ás que non lle damos importancia".

La manifestación también dejó un aviso, el de que la lucha feminista no se frena. "O éxito de Verín é unha advertencia". La pancarta "Sen coidados non hai vida, mudando o sistema, derrubando o patriarcado" ya es otro símbolo de la lucha feminista gallega, iniciada en Verín.

La asistencia fue un éxito, aunque como recuerda la consigna cantada a menudo a los que observan cómo pasa la manifestación: "Non nos mires, únete".Todavía hay mucho por hacer. 

"Estou aquí por mamá e pola miña irmá", recordaba un pequeño en su pancarta, con un lazo violeta en el pelo. Hay esperanza, claro que sí.

 

En la marcha se vivieron momentos especiales como cuando una de las mujeres embarazadas de Verín leyó un manifiesto feminista.

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