La rehabilitación de Monterrei, ya iniciada, sacrifica el aparcamiento a los pies de la fortaleza

Un gran andamiaje cambia el aspecto exterior del castillo

Los andamios cubren buena parte de las paredes de la fortaleza. (Foto: A. R.)
Los conductores no podrán estacionar en el acceso más próximo al castillo de Monterrei, donde hasta ahora disponían de un amplio espacio para dejar sus vehículos a la hora de visitar todo el conjunto artístico medieval.
El proyecto de rehabilitación, que está llevando a cabo la constructora Dragados y que ha llenado de andamios la torre de las damas y el palacio de los condes, contempla, además de reformas en los edificios, la construcción de una gran zona ajardinada en el lugar que en la actualidad estaba destinado a aparcamiento de vehículos. Ya se acordonó todo el recinto -la empresa instaló varias casetas de obra- para impedir el paso a cualquier visitante y, según explicaron en la Consellería de Cultura, perfilar lo que será el nuevo espacio ajardinado.

Las obras obligaron a cerrar el castillo al público, situación que se prolongará hasta mediados del próximo mes de junio. A partir de esta fecha, visitantes y vecinos tendrán que dejar sus vehículos en la misma entrada del conjunto arquitectónico, bien en el cruce de acceso al Parador de Turismo o en la salida hacia las localidades de Mixós y A Pousa, y continuar la visita caminando. La eliminación de los estacionamientos, según dieron a conocer en Cultura, tiene como objetivo la protección de las distintas dependencias medievales del paso de los vehículos.

El alcalde de Monterrei, José Luis Suárez Conde, asegura desconocer la eliminación del espacio para estacionar coches, así como el resto de las obras que se están llevando a cabo en el castillo. 'Nos pidieron licencia de obra y abonaron las correspondientes tasas. Desconozco qué trabajos se están realizando', apuntó el regidor.


CIENTOS DE HIERROS

El castillo está en la actualidad prácticamente cubierto por los hierros de numerosos andamios, que fueron colocados para limpiar y adecentar el exterior de las paredes. El armazón de metal que forman los andamios no pasan desapercibidos para los conductores que circulan por la carretera N-525 -discurre cercana a la fortaleza- e incluso para los vecinos de Pazos que se acercaron a las instalaciones alarmados, hasta conocer que se trata de obras y no de deterioro de la fortaleza.

La rehabilitación fue adjudicada el pasado mes de octubre por la Axencia de Turismo de Galicia con una partida de de 1.472.603 euros, dinero que también servirá para renovar toda la cubierta de la iglesia de Santa María, del siglo XIII, mejora de los accesos, recuperación de inmuebles que están en ruinas, soterramiento de cables del tendido eléctrico y telefónico, así como la instalación de un ascensor dentro de la propia fortaleza para comunicar el sótano con la primera planta. La instalación de este aparato obliga a realizar una cata arqueológica en una parcela de terreno de ocho metros cuadrados.

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