Jan Liz Peña: “Las mujeres somos las grandes perjudicadas de esta pandemia mundial"

La Federación de Mulleres Rurais centra sus esfuerzos en los programas de emergencia social, principalmente, dirigidos a mujeres. Desde este organismo aseguran que son las más damnificadas por el covid al tener contratos precarios y asumir las cargas familiares.

¿Cuáles son las necesidades más urgentes que tienen en estos momentos de pandemia las asociaciones de mujeres?

Se ha parado un poco todo a nivel asociativo. Todavía hay mucho miedo a juntarse. Desde aquí se promovió una mesa de mujeres a través de las redes. 

¿Cómo cree que va a afectar la situación sanitaria a la labor que ustedes desarrollan?

Tendremos que buscar la manera de compatibilizarla. La campaña del 25 de noviembre la orientaremos a Internet, convocaremos algún tipo de concurso o actividad. El servicio de asesoramiento sigue activo. 

En esta situación, ¿cuál es la preocupación común a todas las asociaciones?

Hay miedo, pero un poco a lo que tiene todo el mundo: salir y relacionarse. Es cierto que en el rural todo es más tranquilo. 

La labor de estas agrupaciones es vital en el rural. 

Si, está claro. Muchas mujeres del rural si no fuese por las asociaciones reducirían al mínimo sus relaciones sociales. 

¿Cómo se plantean el futuro?

Lo vamos viendo semana a semana. Damos un poco por hecho que este año, presencialmente, está casi perdido. 

¿Qué creen que pueden aportar desde la Federación en una época tan convulsa?

Ahora mismo nos estamos esforzando mucho en los programas sociales. Hay mucha necesidad, ya en Verín no hay mucho empleo, pues ahora la situación es más grave. Hay muchas familias monomarentales que no han podido trabajar desde marzo. Estamos con los mercadillos y otras iniciativas que puedan ayudarles. 

¿De qué manera están autofinanciando su actividad?

Trabajamos, principalmente, con programas y convenios firmados con la Secretaría Xeral de Igualdade. También solicitamos a la Diputación los de emergencia y recibimos donaciones de particulares. No estamos bien, porque las subvenciones se han retrasado o ni han salido. 

También trabajan a nivel personal.

Sí, esa es la parte más social de Femuro: favorecer a las mujeres con algún tipo de dificultad. Son las grandes perjudicadas de la pandemia. Sufrimos más precariedad laboral y las cargas familiares las seguimos llevando nosotras. En el programa de la Secretaría este año tenemos 65 mujeres.

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