Los concellos de Laza y Castrelo do Val se sumaron al de Verín en la iniciativa de inspeccionar los alumbrados públicos para reducir al máximo posible la factura. Es más, el alcalde de Laza, José Ramón Barreal, amenaza con apagar todas las farolas que estén alejadas de las viviendas y, a otras, bajarle la intensidad de la iluminación.
El recibo eléctrico está suponiendo una carga demasiado pesada para las arcas municipales y el regidor ya dio instrucciones para que los técnicos revisen, pueblo por pueblo, todo el alumbrado público.
José Ramón Barreal tiene previsto instalar temporizadores para reducir la potencia y poner en marcha los encendidos alternos; donde hay varias farolas, suprimir una y dejar en funcionamiento la siguiente, iniciativa de la que fue pionero el Concello deBoborás.
Técnicos del Concello de Verín continúan revisando todas las conexiones del alumbrado público y, además del encendido de farolas de forma alterna, el alcalde, Juan Manuel Jiménez, amenaza con desconectar los enganches, cuyo consumo está pagando la entidad local, pero que no son de uso municipal.
En la actualidad, todos los concellos de la comarca están sustituyendo las bombillas convencionales por otras de bajo consumo y el de Castrelo do Val fue más allá al centralizar el alumbrado de la mayoría de los pueblos en un ordenador en el Consistorio, desde el que se regula el apagado y encendido.
José Ramón Barreal tiene previsto instalar temporizadores para reducir la potencia y poner en marcha los encendidos alternos; donde hay varias farolas, suprimir una y dejar en funcionamiento la siguiente, iniciativa de la que fue pionero el Concello deBoborás.
Técnicos del Concello de Verín continúan revisando todas las conexiones del alumbrado público y, además del encendido de farolas de forma alterna, el alcalde, Juan Manuel Jiménez, amenaza con desconectar los enganches, cuyo consumo está pagando la entidad local, pero que no son de uso municipal.
En la actualidad, todos los concellos de la comarca están sustituyendo las bombillas convencionales por otras de bajo consumo y el de Castrelo do Val fue más allá al centralizar el alumbrado de la mayoría de los pueblos en un ordenador en el Consistorio, desde el que se regula el apagado y encendido.
