REPORTAJE

Piedras de colores en vez de árboles

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photo_camera El grupo de vecinos del concello de Cualedro, junto con los miembros de Matrioska al término de la actividad.

A punto de cumplirse los dos años de la oleada de incendios que dejaron en Cualedro más de 3.000 hectáreas calcinadas, sus vecinos han hecho "una intervención simbólica" en los huecos dejados por los árboles

Año tras año, el concello de Cualedro se convierte en una de las zonas más castigadas por los incendios forestales. Especialmente devastador en este sentido fue el año 2015. En este periodo ardieron en el municipio 3.180 hectáreas de terreno, gran parte de ellas las que conforman la Serra do Larouco, cerca del pueblo de Lucenza, zona cero de esta catástrofe medioambiental. En este mismo lugar, dos años después, se han dado cita varios vecinos del pueblo junto con tres artistas del colectivo y asociación cultural de Os Blancos, Espacio Matrioska, para llenar de color lo que un día el fuego tiñó de gris. "Se trata de una creación simbólica. Hemos conformado círculos con piedras pintadas de distintos colores. A esta intervención se le denomina Land Art", explica Jesús García de Espacio Matrioska. "Representan los espacios que deberían ocupar los árboles que se perdieron en los incendios de los últimos años", añade. 

Fernando Domínguez, portavoz de la plataforma Non Máis Lumes no Concello de Cualedro, señaló  que el objetivo es que "cuando la gente visite este lugar, tenga presente lo que ocurrió aquí en 2015". "Me puse en contacto con Espacio Matrioska para hacer este actividad porque con su trabajo contribuyen de manera importante a la dinamización del ámbito rural. Sabía que eran las personas más adecuadas para hacer una actividad que simbolizase la lucha contra los incendios forestales, que es una de las lacras que tenemos en esta zona", explica Fernando Domínguez. 

En la Serra do Larouco, se encuentra también "O Banco más triste del mundo". Los vecinos lo bautizaron así en contraposición al "más bonito del mundo", ubicado en Loiba (Ortigueira) y  porque sentados en el podían contemplar el desolador paisaje que quedó tras el duro incendio sufrido en el verano de hace dos años. El banco fue destino de cientos de peregrinaciones de personas de toda la provincia que, mediante fotografías con el mencionado banco, trataron de dar visibilidad a la catástrofe medioambiental acaecida en Cualedro. De esta manera la piedra se rebautizó como "O banco da esperanza" tal y como reza una señal instalada por el Concello. 

Durante estos dos años, "O Banco da esperanza" fue testigo de varias actividades llevadas a cabo por la plataforma Non Máis Lumes no Concello de Cualedro en colaboración con la Asociación de Vecinos de Lucenza. "Celebramos aquí el Día das Letras Galegas y una andaina nocturna con ambientación sobrenatural", cuenta Fernando. "A esta última actividad asistió también, gente de Vilar de Perdices", añade. 

La plataforma y los vecinos de Lucenza, apoyados por la miembros de la asociación Amigos da Terra, celebraron jornadas de recuperación ambiental en las que  plantaron además, carballos, castiñeiros y  chopos. "Este terreno se ha recuperado ya bastante y por eso estamos preocupados. Aunque no sea posible un incendio de las dimensiones de años anteriores, sí es probable que ocurran en otras zonas del concello por ello intentaremos seguir sensibilizando a la gente y luchando contra esta lacra".

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