RUTAS

La Estación de Arte Rupestre das Pisadiñas de Laza fue puesta en valor en el 2020

ruta das pisadiñas en laza
photo_camera Toda la ruta está señalizada. (Foto: Cedida).

Uno de los símbolos de los petroglifos, "o cabaliño das Pisadiñas" es el símbolo utilizado para la Estación 

La Estación de Arte Rupestre das Pisadiñas, en Laza, fue puesta en valor el año pasado, a través de la Comunidade de Montes de Laza, Cimadevila e Souteliño, los promotores, y de Nieves Amado, arqueóloga y encargada del proyecto. "Aínda que o lugar se coñecía dende sempre, o ano pasado puxémolo en valor señalizando todo e preparando a ruta", cuenta Amado.

Esta Estación está formada por siete afloramientos rocosos de naturaleza "esquisitosa", material predominante en el entorno, todos con grabados antrópicos, distribuidos por la ladera oeste del monte Lastredo, orientada hacia el valle de Laza, entre los 700 y 800 metros de altitud. 

El conjunto de la Estación tiene “una total coherencia iconográfica entre los motivos, ya que todos los "penedos" se repiten, aunque en menor cantidad y variedad, los motivos grabados en la piedra central –Peneda das Pisadiñas- situada a media ladera”, relatan los promotores de la ruta. Además, señalan que "también se evidencia una coherencia cronológica entre ellos, posiblemente grabados en varias etapas desde la Prehistoria".

ruta das pisadiñas en laza

La Peneda das Pisadiñas está situada en el centro de media ladera, a 700 metros de altitud. Otra, la Peneda de Pizarra, sobresale en el paisaje por su tamaño y es el que le da nombre a la zona, rodeada de otros seis petroglifos, todos situados desde el pico de la montaña hasta media ladera.

Los grabados se sitúan en la parte superior de la roca, distribuidos en tres paneles, acogiendo una gran cantidad de motivos. Uno de estos símbolos es un zoomorfo que lo bautizaron como "o cabaliño das Pisadiñas", utilizado como símbolo da Estación de Arte Rupestre.

ruta das Pisadiñas en Laza

Estos motivos grabados son podmorfos -pies o pisadas-, quiromorfos -manos-, herraduras, cruciformes, símbolos fálicos -tijeras-, posibles zoomorfos, círculos y más de 100 cuevas de distintos tamaños y agrupaciones. Ese conjunto se encuadra en el llamado Estilo o Arte Esquemático del noroeste peninsular.

En la ladera noroccidental de la montaña también existe una mina romana de explotación de oro al aire libre, formada por profundas zanjas y canales de agua, en la que se lavó y procesó el sustrato formado por la descomposición del cuarzo aurífero, del que se obtuvieron hace 2000 años ese metal. 

Para llegar a la Estación das Pisadiñas, los promotores de la ruta recomiendan el acceso a pie o bicicleta y no usar vehículos a motor, “aínda que só consiguen acceder en coches os todoterrenos”, salienta la arqueóloga.  

El recorrido está correctamente señalizado, y como se indica en el siguiente mapa, desde Laza se debe ir a Cimadevila, y desde allí subir andando por la montaña, que según Amado es sobre un quilómetro de distancia, "algo durilla porque é costa arriba, pero corta", cuenta Amado, y que dura aproximadamente media hora. 

La Comunidad de Montes recomienda, para su buena conservación y estado, no subir por encima de los petroglifos, no coger material arqueológico, no tirar basura y respetar los paneles informativos.

As Pisadiñas siempre fue un lugar muy conocido y respetado por los vecinos de Laza, considerándolo un lugar sagrado. Hasta finales del siglo XX se hacían rituales oficiados por el cura -limpieza del lugar y ofrendas de flores-, y ahora, tras recuperar la zona y poner en valor su patrimonio, Amado cuenta que muchos de los vecinos del municipio "van todos os domingos ata alí a pasear, ou cos cans, como se fora un punto de encontro, porque ten unhas vistas espectaculares".

Además, la arqueóloga quiso dejar constancia de su oposición a los eólicos en esa zona, ya que "esa zona está amenazada polo parque eólico de Rebordechao", remarca Amado.

Tradición oral

Según la tradición oral, en este lugar habitaban “os mouros”, seres míticos del imaginario popular gallego, que al luchar contra ellos, Santiago dejó impresas las herraduras de su caballo, leyenda muy extendida en la comarca de Monterrei.  

Otra leyenda cuenta que por la Peneda das Pisadiñas pasó la Virgen con el niño Jesús y San José, en su huída a Egipto, dejando gravadas sus pisadas y los instrumentos de costura de la Virgen –tijeras, hilo, aguja y dedal-.

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