ANÁLISIS

El plan director del Támega desvela un “diagnóstico dramático" del río

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photo_camera Nieves Amado, Fernando Serrulla, Elena Fernández, Sabela Irene Rodríguez, Lourenzo y Seoane.

Las jornadas del medio ambiente acogieron la presentación de un estudio global de su estado y de las soluciones aportadas

La Casa da Cultura de Verín fue el escenario elegido ayer por la Asociación Cultural Monterrei, Cultura e Territorio para inaugurar las jornadas sobre el medio ambiente que se desarrollarán durante los próximos tres sábados en la villa de Verín. Sin embargo, bajo ese común título, y como gran aperitivo de las mismas, se escondía la presentación no solo del ambicioso plan director de recuperación del río Támega sino también, en el ámbito más político, la de la ya conocida "Extratexia xeral da auga 2016-2020", un abanico de intenciones del grupo de gobierno municipal que busca, además de llevar el agua de nuevas captaciones y no del río a los hogares verinenses, explotar las condiciones mineromedicinales y termales de balnearios ahora en desuso, como el de Caldeliñas.

Fernando Serrulla, en calidad de organizador de las jornadas, fue introduciendo a los demás ponentes, entre ellos los máximos exponentes del ejecutivo local. El mandatario local, Gerardo Seoane, y el primer teniente alcalde, Diego Lourenzo, explicaron que este ámbito de debate que ayer se inició persigue, además de declarar al agua como un recurso estratégico de Verín y su comarca, potenciar la búsqueda de los apoyos necesarios para la recuperación integral del río Támega a su paso por Verín.

Fue precisamente este segundo punto el que acabó acaparando todo el protagonismo, con la amplia y detallada exposición del plan director del cauce redactado por dos ingenieras de Caminos, Canales y Puertos, Elena Fernández y Sabela Irene Rodríguez. Las dos presentaron el resumen del trabajo de campo realizado durante los meses de agosto y septiembre del pasado 2015, además de alguna visita de control en los meses de crecida; fundamentado en una extensa inspección del río y de la red de saneamiento existente, principales ejes de actuación para la recuperación del mismo. De la infinidad de datos aportados, cabe destacar como la mano del hombre ha situado perímetros industriales -el de Pazos- en las llanuras de inundación naturales del cauce o ha construido explotaciones areneras responsables, según las autoras, de "muchos de los males del río en una de las zonas estudiadas".

Mostraron imágenes de residuos sólidos abundantes en las inmediaciones de Feces o destacaron como en A Pousa y Vilela se habían levantado zonas de ocio en los lugares que el propio cauce tendría, de manera natural, como escapatoria en caso de crecida. Su exposición fue tan nítida en cuanto al número de agresiones que consumieron el mismo tiempo en desgranar un decálogo de actuaciones urgentes para el Támega.

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