CRÓNICA

Por el amor... al pimiento de Oímbra

photo_camera Los fogones se mantuvieron encendidos durante toda la jornada gastronómica. (SABELA SOUTO)

Sólo unha abnegada, absoluta y casi enfermiza adoración al producto de la tierra explica el porqué miles de almas sudaron la gota gruesa durante toda la mañana y gran parte de la tarde en las inmediaciones de la casa consistorial local

Sólo el amor a Oímbra, a sus exquisitos pimientos o a su ilustre alcaldesa explican como miles de almas se dieron cita ayer en una de las ediciones más concurridas y asfixiantes que se conocen. Ni el buen vino de la denominación era quien de sofocar las altas temperaturas, que obligaban incluso a las custodias de los platos elaborados para la ocasión y expuestos en el centro de salud, a dispersar a la masa del diminuto ventilador que proporcionaba el escaso alivio en el recinto. Fuera, casi todos. La delegada de la Xunta en Ourense, Marisol Díaz; el presidente de la Deputación, Manuel Baltar; dos diputados nacionales, Miguel Ángel Viso y Ana Belén Vázquez, y varios provinciales, como Miguel Ángel Cid, Juan Anta o Montse Lama -quien también llegó en calidad de representante de la corporación limiana. Más cerca, los siempre corteses Gerardo Seoane y Vicente Gómez -alcaldes de Verín y Castrelo do Val, respectivamente-, y los no menos bien recibidos de Monterrei, José Luis Suárez; Vilardevós, Manuel Cardoso, o Riós, Francisco Armando Veiga. Ana María Villarino Pardo ejerció de perfecta anfitriona oteando que ninguno de los mínimos detalles pasase desapercibido.

Cinco fueron las toneladas de pimientos que pasaron por el dúo de sartenes kilométricas habilitadas al efecto para la ocasión, y de las que salían abarrotados platos del producto estrella, como cada año, gratuito. Los barriles de cerveza, ni se cuentan. Las altas temperaturas se combatían con todas las armas posibles, las más eficaces -con independencia del género, el fotógrafo oficial de la Deputación también mostró sus artes a la hora de la comida- los agradecidos abanicos. Pero, pese a todo y a registrar una humedad relativa en aire que mezclada con tan alta cifra del mercurio sería capaz de provocar las más peligrosa de las lipotimias, otro medio millar de simpatizates decidieron introducirse en el pabellón polideportivo en el que, a diferencia de otros años, la temperatura ambiente, al menos hasta que vino y licores comenzaron a elevarla, estaba ligeramente controlada.

Algunos de los máximos exponentes de la farándula gallega, como Rubén Riós, dieron cuenta de todos y cada uno de los ingredientes de una fiesta popular ourensana al uso, "en la que no faltaron la empanada, el pulpo, la carne ó caldeiro, la bica, el café con sus licores y... Baltar" -la cita, del reciente campeón mundial de discursos, Iván Olmos-. Y es que, aunque "la caló" apriete hasta desvanecer, no hay ourensano al que no le prive, como así lo hace y ayer quedó demostrado, una romería de las de libro pero siempre en la mejor de las compañías. ¡Ah! Por supuesto, ¿qué sería de la fiesta sin una... ? ¡Charanga! Los de la BCB de Celanova levantaron al personal de los bancos en más de una ocasión, animando con su buen hacer musical y mejor humor gran parte de la sobremesa. Genial fue el popurri de éxitos de Fórmula V o del mismísimo Julio, pese a tener al del bombo anclado a la silla por una reciente picadura en uno de sus talones. El fin de fiesta se alargó en sesión vespertina pero fueron gran parte de los comensales los que tras la entrega de obsequios a todos los que participaron en la exhibición de platos elaborados con pimiento abandonaron el lugar, agradecidos y bien comidos. Entre los galardonados, el licor de pimiento, ¡cómo no!, elaborado por el único varón inscrito. Pero si un plato llamó la atención, y  que encabezaba precisamente la mesa de presentación, fue el de la ensaladilla de pimiento... en molde de corazón.

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