CRÓNICA

Recuerdos hechos de madera

Verín. 23/01/2020. Entrevista al tallista Gerardo Fernández en su taller de O Muiño da Veiga en Verín.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera El tallista Gerardo Fernández en su taller de O Muiño da Veiga en Verín. // Foto: Xesús Fariñas
Gerardo Fernández quiere honrar la memoria de su hijo poniendo nuevamente en marcha el negocio que un día crearon juntos y que consistía en fabricar bicicletas de madera. El escultor también homenajeará a Gómez Pato.  

Gerardo Fernández (Verín, 1949) "naceu na viruta".  Está convencido de que el primer "silbido" que escuchó en su vida fue el de los añicos de madera que salían de la garlopa de su padre. "Lévoo dentro", asegura. 

Gerardo puede pasarse horas y días enteros encerrado en su taller de O Muíño da Veiga, en Verín, y es su mujer la única que no pierde la noción del tiempo: "¿e logo non vas vir para casa?", le dice cuando ya le echa en falta. 

Para Gerardo, hijo y nieto de la ebanistería; la escultura, la poesía y la pesca representan su vía de escape. "Vivir, vives. Pero se me dis que non podo facer nunca máis nada diso, costaríame moito facelo", reconoce. "Eu xa de pequeniño talláballe os mobles ao meu pai", añade señalando a un manojo de herramientas antiguas que utilizaba por aquel entonces y que, años más tarde, todavía conserva en perfecto estado. 

"Se Enrique Gómez Pato nacera hoxe en día tería unha repercusión mundial", asegura el ebanista

Dionisio y Francisco Fernández —abuelo y padre de Gerardo— iniciaron el negocio familiar (Imafeher) de la ebanistería que, tiempo después, heredaría Gerardo. La crisis del 2007 terminó cebándose con la empresa, que tuvo que cerrar sus puertas. 

Dicen que la crisis es un buen sinónimo de oportunidad y que obliga a muchos emprendedores a agudizar el ingenio. Precisamente, tirar de imaginación fue lo que hicieron Gerardo y su hijo —al que también puso su nombre— a la hora de empezar a fabricar bicicletas de madera. "Era unha idea que collimos do meu abuelo, que fixo unha nos anos 15 e tivo un grande éxito", recuerda el artesano. "Eu encargábame da parte artesanal e o meu fillo do deseño e da programación. Sen embargo, cando tiñamos todo en marcha, unha enfermidade terminou levándose ao meu fillo. Tiña 36 anos", añade. 

Tres años después del trágico momento —cumplidos ayer jueves—, Gerardo, que dejó de hacer las bicicletas en su momento, ha decidido sacar fuerzas de flaqueza para honrar la memoria de su hijo y conseguir llevar el nombre de Verín por todo el mundo con el proyecto que ambos crearon: "Ciclowood". En su momento llegaron a venderse medio centenar de estos "Ferrari" de las bicicletas y deportistas de élite dieron pedal en ellas. "Teño aí unha persoa moi interesada en botar a andar de novo o proxecto e a mín gustariame facelo como unha homenaxe ao meu fillo", explica Gerardo. "Eu ofrecinlle todo, maquinaria, todo. Soamente quero que o poña a funcionar de novo", añade. 
Tal y como explica el ebanista y escultor, sus bicicletas de madera —en las que se emplean nogal, eucalipto o fresno—"teñen unha resistencia fóra do común, por enriba do carbono e do aluminio" y cada unidad "é elegante" y tiene "unha identidade propia", pues es imposible reproducir una réplica exacta. 

Busto a Gómez Pato
Además del homenaje que busca para su hijo, Gerardo se ha comprometido a hacer otro, y es que tallará un busto al mítico humorista y corresponsal verinés de La Región entre los años 63 y 66, Enrique Gómez Pato. "Todo xurdiu a raíz do documental que lle fixo Plácido Romero. Pato foi unha persoa mítica no pueblo e nunca se valorou", opina Gerardo. "Pensei en aportar algo dende a miña humilde profesión. Teño moi bos recordos del. Era un cómico que se nacera hoxe en día tería repercusión mundial", añade, convencido, el artesano. El busto del también impulsor de los "Maios" se instalará en la Biblioteca de Verín.n

Te puede interesar