Los ladrones se adueñaron de cuatro corderos cuando pastaba con sus madres en una finca en los alrededores de O Rosal, en el municipio de Oímbra.
El robo se registró durante la madrugada del pasado día 20 cuando los animales se encontraban solos en la finca, que está cerrada con una verja. El dueño, identificado como A.E., de 80 años, se percató de la sustracción sobre el mediodía cuando acudió a darles más comida y comprobar que solamente estaban las madres, El valor de los corderos aún está pendiente de cuantificar.
La Guardia Civil inspeccionó el terreno con el objetivo de encontrar huellas que permitan identificar a los ladrones, que saltaron un muro para coger a los corderos, que posiblemente cargaron en un coche, en el que se dieron a la fuga.
Los investigadores trabajan con la hipótesis de que los delincuentes conocen la zona y tenían información de que el rebaño no estaba siendo guardado por un pastor.
Los vecinos más cercanos no se enteraron de la sustracción ni de nada extraño entorno a la finca. Los agentes centraban ayer las pesquisas en el mismo municipio ante sospecha de que los corderos fueron sustraídos por más de una persona posiblemente para organizar una celebración durante las próximas semanas dentro de la comarca de Monterrei.
Robos en el campo
Este tipo de robos se incrementaron durante el último año. Agricultores, apicultores y ganaderos fueron víctimas de 58 asaltos en sus explotaciones, según datos del Ministerio del Interior.
Y los robos continúan. El pasado día 20 de febrero, los ladrones se apoderaron de dos cobayas (roedores), un cordero de menos de cuatro meses, una escopeta de balines y varias máquinas, una de ellas para hacer pienso, además de 100 euros en efectivo, en un almacén agrícola de Maside.
A principios de este mes, una apicultor del municipio de Rubiá denunció la sustracción de sacos de comida (500 kilos) para abejas que guardaba en un colmenar, además de varias herramientas. Ambos están siendo investigados por el Instituto Armado.
