Los inspectores sobrevuelan la comarca en helicóptero, escoltados por la Guardia Civil, para localizar a los infractores

Trabajo controla la recogida de uva y multa a los operarios sin contrato

Vendimiadores en una parcela de la comarca de Monterrei. (Foto: MARCOS ATRIO)
La Inspección de Trabajo intensificó la vigilancia en torno a las vendimias de Monterrei y Valdeorras para denunciar a los viticultores que tienen cortando uvas a personas, incluidos familiares y vecinos, sin contrato laboral. Los controles también afectan a O Ribeiro y Ribeira Sacra, pero en menor medida.
En esta labor de vigilancia, los inspectores sobrevuelan en un helicóptero de la Guardia Civil las zonas de viñedo para encontrar vendimiadores. Una vez localizado un grupo, el aparato busca una explanada para tomar tierra. Acto seguido, los técnicos se apean y un coche les está esperando para desplazarse hasta el viñedo y cerciorarse de que los operarios trabajan bajo contrato. En caso contrario, los identifican a todos, comenzando por el dueño de la parcela, para tramitar la correspondiente sanción.

La Benemérita reconocía ayer los controles y que prestaron apoyo a los inspectores tras una petición del Ministerio de Trabajo e Inmigración para evitar que sus delegados pudiesen ser agredidos en el curso de cualquier discusión.

La delegada provincial de Inspección de Trabajo, Pilar Sánchez, declinó hablar ayer de la vigilancia, así como las multas impuestas, remitiendo a este periódico a la Subdelegación del Gobierno.

Los inspectores, según pudo saber este periódico, ya identificaron a unas 300 personas en Valdeorras y Monterrei desde que comenzó la vendimia, unos por cortar uvas sin contrato, otros por estar trabajando cuando cobran el subsidio del paro y por estar ilegales en España.


SITUACIÓN DE ALERTA

La situación mantiene en alerta a los viticultores, que en parte solían recurrir a familiares, amigos y vecinos a la hora de cortar las uvas. Otros contrataban temporeros a los que les pagaban un jornal, sin firmar un contrato laboral ante la Administración. Pero esta forma de trabajar parece llegar a su fin y la presencia de los inspectores provoca que tanto los dueños de viñedo como los vendimiadores estén atentos a cualquier aparato que sobrevuele las zonas de viñedo o cualquier extraño que se acerque a su parcela.

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