El triunfo de la inclusión

photo_camera Tres alumnos relatan su experiencia en 2º de Bachillerato. (Vídeo: C.C.).
Fátima, Enrique, Oumaima y Manuel son el orgullo del Chivite, un centro inclusivo. Ellas son las primeras mujeres marroquís graduadas, y ellos continúan el camino que iniciaron algunos de sus familiares

César Sánchez, director del IES Xesús Taboada Chivite de Verín, sonríe aliviado al recordar lo duro que fue el pasado curso de 2º de Bachillerato, algo que no causó ningún impedimento para conseguir una promoción de éxito. “Foi unha xeración moi boa en xeral, e máis tendo en conta a pandemia, pero eu por enriba de todo destaco o traballo de catro rapaces do curso”, cuenta orgulloso afirmando que “a excelencia educativa pasa pola inclusión nos centros”.

Y es que Fátima el Mouahhid, Enrique Suárez, Oumaima Fathaallah y Manuel Romero son cuatro chicos que finalizaron Bachillerato el pasado curso y sirven de ejemplo, como remarcan desde el centro, para futuras generaciones. Fátima y Oumaima son las primeras mujeres marroquís que se gradúan en el Chivite, algo que “é un orgullo inmenso para nós, e para a familia”, coinciden ambas tras lograr romper barreras y demostrar que “todos podemos”.

Oumaima lo tiene claro, Filología Inglesa en Vigo, algo que se convertirá en una realidad este curso, tras su esfuerzo constante en bachiller. “En 1º estudaba e traballaba, cando comecei o segundo ano tiven que deixalo porque ou era unha ou outra cousa, e para min o máis importante é a formación”, señala esta chica que afirma que “a día de hoxe segue sendo duro ser muller marroquí, por iso estou orgullosa de todo o que logrei”.

Con Oumaima concuerda Fátima, decidida también a seguir estudiando y creciendo: “Eu quero facer Educación Infantil, e sei que o conseguirei, despois de superar 2º de Bacharelato co coronavirus de por medio, podo con todo, ademais na casa anímanme e iso é moi importante para min”.

Además de estas dos jóvenes, Enrique Suárez y Manuel Romero -que no está en la fotografía- siguieron el camino de algunos familiares, acabando con estereotipos sobre la etnia gitana, que también se forman y estudian.

“Me siento orgulloso de sacarme el curso, pero lo veo algo normal, deberíamos hacerlo todos”, cuenta Enrique, que sintió el apoyo de toda su familia y también del centro, “sin la ayuda del instituto hubiera sido difícil, porque las clases online fueron un problema, yo en casa no tenía ordenador ni conexión a Internet, y gracias a los profesores pude seguir al ritmo de mis compañeros”, destaca Enrique, feliz por haber seguido los pasos de su hermano mayor, decidido a estudiar un ciclo superior de Administración.

A pesar de que la pandemia presentó nuevos inconvenientes e hizo retroceder pasos en el camino a la plena inclusión, el Taboada Chivite continúa luchando por ello y “a través de programas e  iniciativas a prol da diversidade, faise posible unha educación de calidade apostando por unha escola inclusiva e igualitaria, só así, alumnos e alumnas como dos que falamos hoxe, poden saír adiante no ensino público”, concluye Sánchez, que percibe en estos cuatro alumnos coraje, ilusión y mucha lucha. 

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