“Hai seis, sete anos estaba prevista a instalación duns radares para controlar o tráfico nas principais vías de Verín, a avenida de Laza, a de Castilla e a de Portugal. Esa solución non era a boa pois masacraba ao cidadán a multas, polo que despois de estudalo ben, os técnicos e enxeñeiros dixeron que mellorar a situación do tráfico na vila pasaba pola reorganización do deseño das vías”. Así explica Gerardo Seoane, alcalde de Verín, el nacimiento del plan de tráfico del Gobierno local, en el que trabajan desde su entrada en el Concello, con la premisa de reducir los accidentes en el centro urbano.
Con una proyección clara, allá por el 2017, año en el que se sucedieron 54 incidentes de tráfico en la villa del Támega, se inició este plan municipal, humanizando las carreteras principales. Los aparcamientos en batería -dificultaban la visibilidad- se eliminaron para dar paso a aparcamientos en línea. Con la avenida de Laza y la carretera de Castilla ya finalizadas, el Concello ultima los detalles en la avenida de Portugal, donde iniciarán en los próximos meses la construcción de una rotonda que aliviará las retenciones hacia el polígono industrial en Pazos. Con esto, “e coa plantación de árbores e unha nova capa de asfalto o vindeiro ano, culminaremos a zona sur do municipio”, señala Seoane.
Paralelamente, el Concello trabaja en la parte norte de la villa del Támega, donde los operarios están levantando una carretera que unirá la carretera de Vences con la avenida de Laza, una vía estratégica para desviar el tráfico que entra a Verín por la N-525 en dirección al Hospital comarcal.
Con la finalización de estas obras, se completará el plan de tráfico del bipartito, cuyo objetivo final de reducir los accidentes tiene dos vertientes más: disminuir la velocidad en el centro urbano de la villa y desviar el tráfico rodado por las afueras de Verín, “convertindo o centro nun lugar para as persoas”, define el regidor verinés.
Menos accidentes
“Con estas actuacións notouse unha diminución dos incidentes, se antes se falaba dun número bastante elevado, que era o que xustificaba tomar algún tipo de medida, agora son moitos menos”, asegura Seoane Fidalgo, quien confía en continuar reduciendo las colisiones con la limitación de la velocidad a 30 kilómetros por hora. Y es que entre los planes de la corporación municipal se encuentra convertir todo el centro urbano en zona 30 -por ahora solo se aplica la norma en el casco histórico-, priorizando así al peatón. Eso sí, Seoane asegura que “haberá zonas de 50, pero nas aforas da vila”.
Con todas las actuaciones llevadas a cabo, Verín logró reducir en cinco años un 33,4% los accidentes en las principales vías de circulación. Con 54 incidentes de tráfico en 2017, el pasado año se registraron 36 colisiones. El 2020 fue el año con menor siniestralidad, notificando la Policía Local un total de 27 accidentes. Ahora, con 10 sucesos en lo que va de año, Seoane Fidalgo confía en continuar disminuyendo las cifras.
Más allá del centro urbano, el Concello también prevé solventar los problemas de circulación en las travesías de todo el término municipal. “Imos actuar inmediatamente en Pazos, actualmente é a zona máis perigosa. Penso que este ano xa imos poder facer unha serie de actuacións que mellorarán a seguridade”, concluye el alcalde.
Las cifras
- 54 accidentes en el año 2017, cuando el Concello de Verín ya estaba poniendo en marcha su plan de tráfico.
- 36 accidentes el pasado año, concentrándose en las avenidas de Portugal, Laza, Castilla, Luis Espada, Sousas y San Lázaro.
- 27 accidentes en 2020, anualidad que menos incidentes de tráfico se produjeron desde que está en marcha el plan.
- 485 accidentes en el centro urbano de Verín desde 2010.
- 10 accidentes este año 2022.
