El elevado gasto en energía eléctrica, agua y césped que generan cada verano las piscinas públicas de A Granxa (Verín) obligó al grupo de gobierno a redactar un proyecto de mejora de las instalaciones, cuyas obras deben estar rematadas antes del próximo mes de junio.
Así lo aseguró el concejal de Cultura y Deportes, Víctor Manuel Baladrón, recalcando que el excesivo gasto es por las deficiencias que presentan las dos bañeras (una grande y otra mediana) de las instalaciones y los motores de extracción de agua. 'El mayor problema son las fugas de agua, que no las tenemos localizadas', apuntó el edil, recalcando que el líquido que se escapa provoca que se encharque todo el recinto y se pudra cada pocos días el césped. 'La situación es bastante grave y debemos corregirla, porque no podemos despilfarrar de esta forma el agua, es un bien que hay que conservar', comentó Víctor Manuel Baladrón.
La situación se viene arrastrando desde los años noventa, cuando falleció una niño ahogado en la piscina. En aquel momento, para evitar nuevas tragedias, fueron ampliadas las dos bañeras 'y comenzaron las fugas', apuntó el edil, que explica que el Concello tiene un convenio con la concesionaria del abastecimiento y el gasto de agua no es elevado, 'es mucho mayor el canon que cobra la Xunta por el vertido'. Esta tasa supone un desembolso de 10.000 euros cada año y la propia Consellería de Sanidade, que es conocedora de la situación, ya instó al grupo de gobierno a resolver el problema. 'También tenemos que cambiar las hélices de los motores de extracción, que nunca fueron sustituidas, y esto eleva el consumo de energía', dijo el edil. El proyecto requiere 60.000 euros.
La situación se viene arrastrando desde los años noventa, cuando falleció una niño ahogado en la piscina. En aquel momento, para evitar nuevas tragedias, fueron ampliadas las dos bañeras 'y comenzaron las fugas', apuntó el edil, que explica que el Concello tiene un convenio con la concesionaria del abastecimiento y el gasto de agua no es elevado, 'es mucho mayor el canon que cobra la Xunta por el vertido'. Esta tasa supone un desembolso de 10.000 euros cada año y la propia Consellería de Sanidade, que es conocedora de la situación, ya instó al grupo de gobierno a resolver el problema. 'También tenemos que cambiar las hélices de los motores de extracción, que nunca fueron sustituidas, y esto eleva el consumo de energía', dijo el edil. El proyecto requiere 60.000 euros.
