teléfono rojo

Andrés Díaz: "Yo jugué de lateral derecho"

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Hablamos del Mundial con... Andrés Díaz, récord de Europa de 1.500 metros "indoor"

Cuando Andrés Díaz entraba en la pista para enfrentarse a los 1.500 metros, en la línea de salida se encontraba a figuras de la distancia como El Gerruoj, Ngeny, Fermín Cacho o Morceli, cuatro campeones olímpicos. En el tartán también podía coincidir con otros fenómenos como Bernard Lagat, bronce en Sidney y plata en Atenas, o William Tanui, campeón olímpico en 800 metros en los Juegos de Barcelona 92, o el catalán Reyes Estévez. Se trata de una generación irrepetible de la prueba reina del medio fondo y al único que nunca consiguió ganar fue a El Guerrouj, claro que el marroquí sólo perdió dos carreras en 12 años."Con esa gente haces 3:31, como yo en el Mundial de Sevilla al aire libre, y quedas quinto, ni siquiera llevas medalla. No había carreras tácticas, todas eran a ritmo de récord del mundo", recuerda el atleta coruñés sin un gramo de resentimiento.

Andrés Díaz también ha corrido lo suyo, que es mucho. Bronce en 1.500 en el Campeonato del Mundo de Maebashi de pista cubierta en 1999, quinto en Sevilla ese mismo año como acaba de mencionar, séptimo en Sidney durante su segundo concurso en unos Juegos, subcampeón del mundo universitario en 800 metros... Y desde el 24 de febrero de 1999 ningún atleta europeo ha corrido más rápido los 1.500 metros en pista cubierta. Sucedió durante un  "meeting" celebrado en El Pireo de Atenas y el récord  de 3:33.32 continúa vigente 19 años después. "Pero supongo que no me llamas para hablar de atletismo". Andrés Díaz cambia el ritmo de la conversación, pero nunca está de más recordar las gestas de los referentes del deporte gallego y nacional aunque se trate del teléfono rojo del Mundial. "No lo sigo mucho, pero es imposible no enterarse de lo que pasa. Hay varias cadenas de televisión dando el Mundial a todas horas, entras en las redes sociales y la gente comparte información de fútbol... Vi a España contra Portugal, pero yo me fijo en otros detalles como los gestos y los cambios de dirección que me ayudan a la hora de preparar el trabajo de los futbolistas que entreno para recuperarlos de una lesión o fortalecer alguna determinada zona". El plusmarquista europeo del "milqui" en pista cubierta se licenció en Educación Física y ahora prepara a más de un centenar de personas, entre las que se encuentran altos ejecutivos de multinacionales, deportistas profesionales o gente a la que le gusta cuidarse y mantener la forma. 

Aunque pueda chocar, él también soñó con ser futbolista. "En mi época en A Coruña todos queríamos ser futbolistas. Sólo había fútbol y baloncesto. Ahora los chavales tienen muchas más actividades extraescolares para poder practicar otros deportes". Jugó en el San Pedro, el equipo de su barrio "de lateral derecho", pero como corría mucho y regateaba poco le sugirieron que probase con el atletismo y le gustó. 


DECEPCIÓN CON EL FÚTBOL


"Tengo que reconocer que seguía el fútbol hasta que se cargaron las pistas de atletismo de Riazor y le di la espalda. Me pareció mal que un club privado se adueñase de unas instalaciones municipales en las que se entrenaba mucha gente". Y ya que estamos con confesiones, en esas pistas de Riazor, en las que  Saïd Aouita intentó batir el récord del mundo de 5.000 metros, este chófer de anécdotas coincidió con el protagonista de esta historia. Las ganas podían ser las mismas, las piernas no. Andrés siempre fue un fuera de serie, también como persona. Quizá por eso le gusta "el mensaje que transmite Iniesta frente al contraste de Ronaldo, aunque entiendo que su actitud tiene un componente de 'márketing". Generoso en el esfuerzo y elegante en la crítica, durante el Mundial de Sevilla de Atletismo se sintió como un futbolista en un Mundial.  Hasta el Telediario dio la carrera en directo.

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