El régimen niega las acusaciones de crímenes contra la humanidad y mantiene el asedio a Homs

La advertencia de la ONU no acaba con la represión siria

Una de las manifestaciones de apoyo al régimen convocadas por el propio gobierno de Al Asad.  (Foto: M. KAPPELER)
Más de 40 personas murieron ayer en Siria, la mayoría en los bastiones opositores de Idlib (norte) y Homs (centro), por los bombardeos y disparos de las fuerzas leales al régimen sirio de Bachar al Asad, según un grupo opositor.
Los Comités de Coordinación Local (CCL) informaron en un comunicado de que estas provincias fueron blanco de nuevos bombardeos, el mismo día en que Damasco rechazó las acusaciones de la ONU de cometer 'crímenes contra la humanidad'.

El ejército sirio bombardeó de modo indiscriminado la ciudad de Idleb con tanques y misiles, y se escucharon ráfagas de disparos y explosiones que afectaron a numerosas viviendas. En cuanto a Homs, los CCL calificaron el bombardeo contra esta ciudad de 'brutal' y destacaron que por décimo día consecutivo continuaron ayer los ataques contra el barrio de Bab Amro, el más castigado por la represión del régimen, entre otros distritos. Esta ciudad, donde vive aproximadamente un millón de personas, está sufriendo una gravísima crisis humanitaria. La comida y el combustible escasean y la mayoría de las tiendas están cerradas a causa de los bombardeos y los ataques con cohetes, que mantienen a la gente encerrada en sus casas.


ESFUERZOS DIPLOMÁTICOS

En los últimos días, se intensificaron los movimientos diplomáticos para presionar al Gobierno de Damasco, que acusó ayer a la ONU de falta de neutralidad y objetividad. La ONU alertó de que Siria se sumirá 'pronto' en una guerra civil si continúan los 'ataques indiscriminados' contra la población civil a manos de las fuerzas gubernamentales, por lo que pidió 'acción' a la comunidad internacional para que se logre el fin de la violencia.

Hace dos días, la Liga Árabe acordó pedir al Consejo de Seguridad formar una fuerza de paz conjunta para Siria, así como suspender las relaciones diplomáticas y aumentar las sanciones económicas contra el régimen de Al Asad.

Mientras, el Departamento de Estado de EEUU señaló ayer que facilitar armas a la oposición siria para que haga frente a la represión del régimen de Bachar el Asad no es la solución y es preciso 'silenciar las armas' y propiciar una transición. 'Seguimos creyendo que enviar armas a Siria no es la respuesta. Silenciar las armas es la respuesta y es la trayectoria en la que trabajamos', indicado la portavoz, Victoria Nuland.

Además, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, considera un paso importante la celebración el 24 de febrero de la conferencia 'Amigos de Siria' por iniciativa de la Liga Árabe, que intenta buscar vías para dar mayor apoyo a la oposición y aislar así al régimen de Damasco.

Desde el inicio de las protestas a mediados de marzo pasado, más de 5.400 personas, entre ellos 400 niños, murieron, según los datos de la ONU ofrecidos en enero pasado, aunque desde entonces el organismo no puede calcular una cifra fiable. La oposición siria estima que las víctimas civiles superan las 6.000 e incluso hay países, como Arabia Saudí, que hablan de más de 7.000 muertos.

MERKEL ANUNCIA MÁS SANCIONES POR PARTE DE LA UNIÓN EUROPEA

La canciller alemana, Angela Merkel, y el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, coincidieron ayer en Berlín al pedir el fin del derramamiento de sangre en Siria y en pronunciarse a favor de nuevas sanciones en contra el régimen de Bachar al Asad. 'Al Arabi representa a una organización que ha encontrado indicios graves de violaciones de derechos humanos y ha asumido una posición firme ante Asad. La Unión Europea comparte esa posición y la respaldará con nuevas sanciones', dijo Merkel en una breve comparecencia conjunta ante la prensa antes de reunirse con Al Arabi en su despacho.

El gobierno alemán ha expresado en últimas semanas su convicción de que una solución a la crisis de Siria pasa inevitablemente por un abandono del poder de parte de Al Asad. La Liga Árabe, por su parte, propuso el envío a Siria de una misión de paz de cascos azules de la ONU, a lo que el régimen de Damasco se opone. Al Arabi está al frente de la Liga Árabe, a la que pertenecen 21 países, desde el año pasado.

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