POLÍTICA

Borrell recibe el visto bueno para ser jefe de diplomacia de la UE

El político logró el apoyo de los coordinadores que representan a dos tercios de los parlamentarios del Parlamento Europeo
El ministro español de Asuntos Exteriores en funciones, Josep Borrell, recibió este martes el visto bueno de los eurodiputados para convertirse en el próximo alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, cargo que ocupará a partir del 1 de noviembre.

El político logró el apoyo de los coordinadores que representan a dos tercios de los parlamentarios de la Comisión de Exteriores del Parlamento Europeo (PE), tras someterse a la audiencia ante ellos el lunes.

Diversas fuentes parlamentarias confirmaron que solo el ultraderechista Identidad y Democracia (ID) votó en contra de Borrell.

El lunes en la Eurocámara, Borrell aseguró que intentaría imprimir a la Política Exterior del club comunitario más ambición para convertirla en un actor global si era confirmado como alto representante y vicepresidente de la Comisión Europea.

El eurodiputado de IU Manu Pineda confirmó que su grupo no se opuso al nombramiento de Borrell, aunque sí hizo "una serie de objeciones" en cuestiones como el desarme, la no venta de armas a países en conflicto o la necesidad de una solución para Palestina y el reconocimiento del Estado palestino.

También reclamó el cumplimiento de la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE "para que no se negocie con Marruecos sobre las aguas jurisdiccionales del Sahara".

El eurodiputado afirmó que en la reunión para evaluar la candidatura de Borrell no se abordó la cuestión de las acciones que tiene en la empresa energética Iberdrola, pese a haber sido motivo de preocupación por parte de la Comisión de Asuntos Jurídicos del PE.

El político había asegurado durante la audiencia el lunes que estaba dispuesto a venderlas si lo consideraban necesario los eurodiputados.

El ministro mostró en la sesión en la Eurocámara su ambición de llevar a la UE a resolver sus problemas de "identidad, posicionamiento y métodos" para convertirse en un verdadero actor global, al nivel de Estados Unidos o China, contando siempre con el apoyo de las capitales.

Ya desde su discurso inicial dejó claro que "restaurar" las relaciones de la UE con EEUU sería una de sus prioridades en un momento de tensiones comerciales o en áreas clave como el cambio climático, pero también elaborar una nueva estrategia política con Asia, con especial atención a las interconexiones, cuyos estándares "van a definir la gobernanza mundial".

Igualmente, aseguró que dirigirá su atención a las reformas y procesos de integración de los Balcanes occidentales, y en concreto anunció que su primer viaje de trabajo sería a Pristina.

Reconoció, asimismo, que Rusia "es un país con el que tendremos que tratar en el futuro" y que "no todo se puede resolver a golpe de sanciones" a Moscú.

Preguntado por la situación en Venezuela, se mostró a favor de las sanciones que la UE aplica selectivamente a autoridades y que no afectan a la población civil.

Borrell también respondió en la audiencia de tres horas ante los eurodiputados a preguntas sobre la sanción a la que hizo frente en España por vender acciones de Abengoa cuando era consejero de esa compañía.

Aclaró que se trató de una operación por 9.000 euros que representaba el 7 % de sus activos, mientras que retuvo el 93 % restante, que le acarreó pérdidas de unos 300.000 euros", lo que a su juicio demostró que no utilizó ninguna información privilegiada.

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