Dos nuevas explosiones en la central de Fukushima llevan al comisario de Energía a decir que 'casi todo está fuera de control'

Bruselas afirma que en Japón se puede comenzar a hablar ya de 'apocalipsis'

Una mujer muestra su desolación ante los escombros en la ciudad de Natori. (Foto: STRINGER)
Desde que el terremoto de 8,9 grados en la escala de Richter azotase el noreste de Japón, la central Fukushima-1 sufrió cuatro explosiones, las dos últimas, ayer. Alrededor de las 06,10 horas (22,10 del lunes en España), se produjo la detonación del reactor dos, que causó daños en su cubierta. Ésta situación llevó a que desde la Unión Europea se empiece a hablar ya de 'apocalipsis'. Los técnicos hallaron 'a posteriori' un defecto en el contenedor del reactor afectado, en la sala que se utiliza para pasar el vapor a líquido, anunció Yukio Edano, jefe del Gabinete japonés.
La Compañía Eléctrica de Tokio (Tepco) informó de que los niveles de radioactividad se dispararon después de este accidente hasta los 8.217 microsievert por hora. Esta cifra multiplica por ocho la cantidad anual a la que se encuentra expuesta una persona. La emisión máxima habitual es de 500 microsievert por hora.

Antes de la explosión, la eléctrica ya había detectado niveles preocupantes de contaminación, que rondaban los 965 microsievert por hora. Por ello, había ordenado a los trabajadores que se encargaban de las tareas de refrigeración del reactor que evacuasen la zona. Los operarios trataban de paliar el déficit de líquido refrigerante inyectando agua de mar. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano. Las barras de combustible quedaron expuestas, aumentado así el riesgo de sobrecalentamiento.


EXPLOSIÓN E INCENDIO

Horas después de este estallido, la agencia de noticias Kiodo informaba de que una explosión de oxígeno había sacudido al reactor número cuatro, que, seguidamente, se incendió. En este contexto, Naoto Kan, primer ministro japonés, creó una comisión que lidera él mismo, para analizar el estado de la planta de Fukushima-1. 'La situación es preocupante, pero voy a tomar todas las medidas para que el daño no se extienda', dijo en declaraciones que recogió Kiodo.

La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) también considera que éstas son noticias 'preocupantes', e incrementó la alarma, anunciando que el núcleo del reactor dos podría haber salido damnificado. Sin embargo, Yukiya Amano, director general de la agencia, puntualizó que 'el daño sería de menos del 5 por ciento'. De nuevo, el japonés afirmó que no se va a producir un desastre como el de Chernóbil en 1986. A pesar de sus palabras, la crisis atómica del país asiático alcanza el nivel 6 de la EISN, que oscila de '1' a '7', en función de la gravedad de los acontecimientos. Lo dijo ayer la Agencia Nuclear Francesa. El suceso ucraniano llegó al máximo nivel y el de la planta Three Mile Island (Harrisbug, Estados Unidos), alcanzó el '5'.

Desde la Unión Europea, Günther Oettinger, comisario de Energía, afirmó que 'se ha hablado de apocalipsis y yo creo que esta palabra está particularmente bien elegida'. A su modo de ver, en Fukushima 'casi todo está fuera de control'. 'Espero que no pase, pero no podemos excluir que ocurra lo peor en las próximas horas y días' y explicó que, aunque Japón cuenta con 'excelentes ingenieros' y 'tecnología punta', ya no puede garantizar el control y la seguridad operativa de la central.

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