Canadá despenaliza las drogas duras en una de sus provincias

El Frente de Liberación de Usuarios de Drogas entrega pequeñas cantidades en Columbia.
photo_camera El Frente de Liberación de Usuarios de Drogas entrega pequeñas cantidades en Columbia.

La Columbia Británica inicia un plan piloto para autorizar la posesión en pequeñas cantidades

La provincia canadiense de Columbia Británica empezó un programa piloto que se prolongará hasta 2026 y que despenaliza la posesión de pequeñas cantidades de drogas como cocaína, metanfetamina, heroína o fentanilo, por parte de personas mayores de 18 años.

El programa, que fue posible gracias a la autorización concedida por el Gobierno canadiense a las autoridades de Columbia Británica, permite la posesión de hasta 2,5 gramos de este tipo de drogas.

Tanto el tráfico como la venta de sustancias ilegales siguen estando penalizados en la provincia. Igualmente, la posesión de drogas en escuelas, guarderías o aeropuertos sigue siendo ilegal.

El Ministerio de Salud de Columbia Británica explicó que las personas en posesión de hasta 2,5 gramos de drogas en este tipo de recintos serán expulsadas de los establecimientos pero no se les imputará ningún delito.

Además,  tendrán un acceso preferencial a los servicios sociales y de salud para obtener información sobre los estupefacientes.

La provincia de Columbia Británica, en la costa del Pacífico de Canadá, es una de las más afectadas del país norteamericano por la crisis de opioides y otras drogas ilícitas.

2.272 muertes por sobredosis

En 2022, 2.272 personas murieron en la provincia por sobredosis, el segundo año más mortal en su historia, según reveló un informe de la Oficina Forense de la provincia.

En 2021 se alcanzó la cifra récord de 2.306 muertes en una provincia con una población de algo más de 5 millones de personas.

En comparación, la ciudad estadounidense de Nueva York, con una población oficial de 8,4 millones de personas, registró en 2021 2.668 muertes por sobredosis.

El programa piloto fue criticado por grupos de usuarios y activistas al señalar que el límite de 2,5 gramos es demasiado pequeño. La falta de acceso seguro a las drogas también fue señalado como uno de los problemas del programa, cuyo objetivo es reducir el número de muertes.

Pese a las opiniones contrarias, el Gobierno espera lograr que los adictos confíen más en la Sanidad y puedan acceder a las consultas o apuntarse a programas de desintoxicación sin miedo a una culpabilización social. 

“La despenalización acaba con el miedo y la vergüenza y hace que se sientan más seguros buscando ayuda para salvar sus vidas”, indicó Jennifer Whiteside, ministra local de Salud Mental y Adicciones.

Vancouver, la ciudad más grande de la provincia, decidió ir un paso más lejos y ofrecerá a los usuarios de estas sustancias lugares donde poder inyectarse, antídotos e incluso recetas médicas. 

Esta medida no es algo novedoso, ya que Oregón, en Estados Unidos, lleva más de dos años aplicando un programa de despenalización por la posesión de estas sustancias para consumo propio, considerándola como una infracción civil que conlleva una multa económica de hasta 91 euros y la posibilidad de evadirla con una “evaluación de salud”.

En el Estado, esta norma implica que la policía ya no podrá arrestar a un individuo por la posesión de pequeñas cantidades de drogas para consumo propio como cocaína, heroína, metanfetamina, LSD, MDMA u opiáceos como la oxicodona.

“Sabemos que el castigo por adicción no funciona y no mejora los resultados para las personas”, dijo en un comunicado Steve Allen, director de la Autoridad de Salud de Oregón (OHA).

En esta región,  la ley entró en vigor en un momento crítico, ya que las sobredosis se habían disparado en un 70%.

Como resultado, las sobredosis se dispararon un 20% en los dos años siguientes, aunque la Administración decidió mantener el programa al encontrarse todavía en fase experimental. De hecho, el Gobierno invirtió el año pasado 300 millones de dólares (unos 200 millones de euros) en la ampliación de coberturas de los servicios destinados a personas drogodependientes.

Oregón ya es pionero en leyes relativas a la posesión de drogas, ya que en 1973 se convirtió en el primer territorio de Estados Unidos en legalizar el uso recreativo de la marihuana.

Precisamente son los fondos obtenidos del impuesto estatal a la marihuana los que pagan los programas de rehabilitación que impulsó esta nueva medida.

Esta medida de despenalización de las drogas, ya fue adoptada anteriormente por naciones como Países Bajos, Suiza o Portugal. En este último, la posesión de drogas para uso personal se considera una infracción administrativa, lo que significa que ya no se castiga con penas de prisión y no da lugar a antecedentes penales.

Sin embargo, las drogas siguen siendo confiscadas y la posesión puede dar lugar a sanciones administrativas, como multas o servicios a la comunidad. Desde que entró en vigor la medida en el país luso, las muertes relacionadas con las drogas se mantuvieron por debajo de la media de la UE.

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