La Guardia Costera de Filipinas descubrió doce bombas caseras en un ferry al sureste de Manila, el fin de semana previo a que se celebre en debate sobre el estado de la nación, el lunes, informaron fuentes oficiales.
Los artefactos explosivos listos para detonar fueron hallados el sábado en un cubo de basura del barco Blue Water Princess, que se dirigía a la isla de Masbate (centro de Filipinas) con 300 pasajeros a bordo.
Las bombas estaban compuesta por botellas llenas de clavos y explosivos, conectadas mediante cable al detonador, según dijeron fuentes policiales.
Las mismas fuentes apuntaron a que el objetivo de las mismas podría ser desestabilizar el país a pocas horas de que se celebre el debate del estado de la nación, que supuestamente será el último de Gloria Macapagal Arroyo como presidenta del país.
Con motivo del evento político, las fuerzas de seguridad y el Ejército filipino han elevado el nivel de alerta en la región capitalina y han desplegado sus fuerzas en puntos neurálgicos de la ciudad, en previsión de manifestaciones contra el mandato de Arroyo.
Numerosos grupos de defensa de los derechos humanos han llamado a la población a manifestarse contra la gestión de la presidenta filipina, que no ha logrado cumplir sus objetivos de erradicar la pobreza y, en cambio, ha estado salpicada de escándalos de corrupción.
Además, la oposición sospecha que detrás de los intentos de Arroyo de modificar la Constitución del país antes de las elecciones el año próximo está su deseo de aferrarse al poder más allá de los seis años que contempla la norma fundamental, pese a la poca aprobación que suscita entre la población.
Las bombas estaban compuesta por botellas llenas de clavos y explosivos, conectadas mediante cable al detonador, según dijeron fuentes policiales.
Las mismas fuentes apuntaron a que el objetivo de las mismas podría ser desestabilizar el país a pocas horas de que se celebre el debate del estado de la nación, que supuestamente será el último de Gloria Macapagal Arroyo como presidenta del país.
Con motivo del evento político, las fuerzas de seguridad y el Ejército filipino han elevado el nivel de alerta en la región capitalina y han desplegado sus fuerzas en puntos neurálgicos de la ciudad, en previsión de manifestaciones contra el mandato de Arroyo.
Numerosos grupos de defensa de los derechos humanos han llamado a la población a manifestarse contra la gestión de la presidenta filipina, que no ha logrado cumplir sus objetivos de erradicar la pobreza y, en cambio, ha estado salpicada de escándalos de corrupción.
Además, la oposición sospecha que detrás de los intentos de Arroyo de modificar la Constitución del país antes de las elecciones el año próximo está su deseo de aferrarse al poder más allá de los seis años que contempla la norma fundamental, pese a la poca aprobación que suscita entre la población.
