Gingrich resucita el debate migratorio republicano al abogar por regulación

Uno de los últimos favoritos republicanos a la candidatura presidencial de EEUU, Newt Gingrich, ha intensificado el debate sobre la inmigración con su propuesta de legalizar a millones de personas que llevan décadas en el país, frente a posturas más intransigentes sectores de su partido.

El expresidente de la Cámara de Representantes puso sobre la mesa uno de los temas que divide a los republicanos al afirmar que no se puede destruir con políticas migratorias familias 'que han estado aquí durante un cuarto de siglo', durante el debate del martes entre aspirante presidenciales de su partido.

Pese al riesgo de ver caer su popularidad en las encuestas entre el electorado republicano, Gingrich propuso 'ser humanos al imponer la ley, sin dar la ciudadanía, pero buscando la manera de dar legalidad' a parte de los alrededor de 11 millones de inmigrantes indocumentados, en su mayoría hispanos, que viven en el país.

Su postura choca con la de otro de los favoritos a enfrentarse con Barack Obama en las presidenciales de 2012, el ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney, quien ha adoptado una línea favorable a las deportaciones y a perseguir la contratación de indocumentados.

Las propuesta de Gingrich, que incluye una modernización del sistema de visados y que se facilite la llegada de inmigrantes con buenas aptitudes académicas, ha exacerbado las críticas desde los sectores más conservadores, que califican su propuesta de amnistía.

Este episodio es similar a las críticas que en septiembre recibió el exgobernador de Texas, Rick Perry, tras recriminar a los que se oponen a la política de su estado encaminada a ayudar a los estudiantes universitarios inmigrantes que han crecido en ese sistema educativo.

Desde entonces, Perry cayó en las encuestas y fue acusado de débil, aunque muchos achacan también su retroceso en la carrera republicana a sus lapsus mentales y a su falta de claridad.

Propuestas como la de Gingrich escandalizan a Romney o a la representante de Minnesota Michele Bachmann, que creen que una regularización atraería a más inmigración ilegal, posturas que en opinión de los demócratas llevan a los republicanos más a la derecha y van contra los valores estadounidenses.

'Los republicanos buscan ya el voto del Tea Party (movimiento ultraconservador) y han abandonado la esperanza de atraer el voto latino', indicó hoy a Efe una fuente del Consejo Nacional Demócrata.

En opinión de Héctor Sánchez, director ejecutivo del Consejo Sindical para el Avance del Trabajador Latinoamericano, la propuesta de Gingrich no es completa, ya que no contempla la ciudadanía, lo que en su opinión 'crearía ciudadanos de segunda clase'.

'Se debe integrar a los trabajadores indocumentados en la voz pública del país, con derecho a participar y votar', aseguró Sánchez, quien cree que las posturas extremistas sobre inmigración son hipócritas, ya que la economía se nutre de esa mano de obra barata.

Muchos de esos trabajadores llevan décadas en Estados Unidos, pagan sus impuestos, invierten, tienen hijos educados en el sistema estadounidense y, como dijo ayer Gingrich, 'tienen lazos con su comunidad y acuden a la iglesia'.

Asociaciones latinas como America's Voice han tomado posiciones dentro de las primarias republicanas al asegurar que posturas como las de Romney les alejan definitivamente del voto latino, que aunque es tradicionalmente demócrata puede ser decisivos para los republicanos en determinados estados.

Frank Sharry, director ejecutivo de America's Voice, aseguró hoy en un comunicado: 'ahora sabemos que Mitt Romney apoya las deportaciones masivas y está del lado de los autores de las leyes de Alabama y Arizona', que persiguen a los inmigrantes indocumentados y permiten su detención.

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