ONU

Guterres refuerza la posición de Portugal y el orgullo de los portugueses

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photo_camera En la imagen, una pegatina de hace más de dos décadas con la imagen de Guterres como candidado a primer ministro de Portugal por el PS. (CARLOS GARCÍA)

El nuevo secretario general de la ONU ha gozado de un apoyo unánime de todos los sectores del país, sin importar su pasado socialista

Portugal celebra la designación de António Guterres para liderar Naciones Unidas, un logro que políticos, expertos y ciudadanos de a pie esperan que fortalecerá la posición estratégica del país y, aún más, el orgullo de sus compatriotas.

"Como portugués, reacciono con un enorme orgullo, y como ciudadano del mundo, con una enorme satisfacción, porque todo indica que vamos a tener a la persona correcta en el lugar correcto", señaló el primer ministro luso, António Costa, respecto a la designación de Guterres para ese puesto que asumirá el primero de enero de 2017, una vez haya obtenido el respaldo de la Asamblea General del organismo multilateral.

En la misma línea, el jurista y ex presidente del Tribunal de Cuentas Guilherme D`Oliveira Martins consideró que la designación de su amigo Guterres es "un gran motivo de orgullo para Portugal".

La palabra "orgullo" ha sido la más repetida en Portugal durante el proceso para la designación de este exprimer ministro socialista y exalto comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) para dirigir el alto organismo internacional.

Guterres, de 67 años, ha gozado de un apoyo unánime de todos los sectores del país, sin importar su pasado socialista.

Los expertos recuerdan que Portugal, el país más occidental de Europa y con poco más de 10 millones de habitantes, no destaca entre las potencias mundiales y cuando ha saltado a la primera plana se ha debido más bien a sus problemas económicos, como ocurrió durante el rescate económico por parte de la Unión Europea (UE) durante la crisis financiera, o a su desempeño en el fútbol.

Sin embargo, proceder de un país pequeño, según apuntan los expertos, ha podido ser un punto a favor en la elección de Guterres.

"El perfil de Guterres, que viene de un pequeño país, que fue comisario de la ONU para los refugiados, y su imagen moderada, de político de centro-izquierda católico, contribuyeron a su elección", explicó hoy a Efe el politólogo António Costa Pinto.

Su designación ha estado respaldada por una campaña que ha movilizado toda la red diplomática de Portugal en "los cuatro rincones del mundo" y con diplomáticos "que conocen la ONU como la palma de su mano", ha subrayado a ese respecto el ministro luso de Exteriores, Augusto Santos Silva, en una entrevista que hoy publica "Público".

No es la primera vez que un portugués consigue un cargo en un organismo internacional, pues el propio Guterres fue entre 2005 y 2015 Alto Comisariado de la ONU para los Refugiados y el también ex primer ministro José Manuel Durão Barroso ha estado al frente de la Comisión Europea (CE) durante otra década (2004-2014).

Los expertos consideran también que la personalidad de los portugueses, amigos del respeto y enemigos de los enfrentamientos, se ha materializado en la estrategia diplomática con la que se ha promovido la candidatura de Guterres.

Desde el presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa, hasta sus predecesores en el cargo como Jorge Sampaio, pasando por líderes conservadores como Pedro Passos Coelho o varios ex ministros, todos han destacado que la elección de un portugués al frente de la ONU es también un triunfo de su cuerpo diplomático.

Portugal mantiene fuertes lazos internacionales con casi todos los continentes gracias al final tardío de su proceso de descolonización.

Las últimas colonias en África no se independizaron hasta mediados de los setenta, coincidiendo con el fin de la dictadura de Salazar, lo que ha permitido a Portugal conservar todavía hoy una importante presencia en países como Angola, Cabo Verde y Mozambique.

La región de Macao no fue devuelta a China hasta 1999, proceso en el que el propio Guterres participó como primer ministro luso, en la misma época en la que desempeñó un papel crucial en la resolución de la cuestión de la independencia de otra de sus antiguas colonias, Timor Oriental.

Portugal también mantiene sus lazos con América Latina y una de sus principales potencias, Brasil, una relación apoyada en una lengua común que hablan cerca de 250 millones de personas en el mundo.

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