Ahmed Wali Karzai, hermano del presidente afgano, Hamid Karzai, y un presunto destacado narcotraficante del país, ha trabajado con regularidad en los últimos ocho años para la Agencia Central de Inteligencia (CIA), según informaba este miércoles el diario 'New York Times' en su edición digital.
El hermano del mandatario afgano prestó una gama de servicios a la agencia, como colaborar en el reclutamiento para una fuerza paramilitar bajo el mando de la CIA que opera en los alrededores de la ciudad de Kandahar, bastión de los milicianos talibán en el sur del país centroasiático.
Las lazos financieros y la estrecha relación entre la Inteligencia estadounidense y Ahmed Wali Karzai no han hecho sino aumentar las dudas sobre la estrategia de Washington en Afganistán, la cual se encuentra bajo revisión a la espera de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se decida sobre el envío de un contingente de soldados extra a la región, una petición del principal responsable de la campaña estadounidense en Afganistán, general Stanley A. McCrystal.
Los movimientos de la CIA en la región sugieren además que Estados Unidos no están haciendo lo suficiente para frenar el lucrativo negocio del cultivo de opio en Afganistán, convertido en el mayor productor del mundo de esa droga que alimenta un mercado de 65.000 millones de dólares.
DESPRESTIGIO
En concreto, algunos altos cargos norteamericanos argumentaron que la confianza en Ahmed Wali Karzai, una de las figuras más poderosas en el sur de Afganistán donde la insurgencia talibán es mayor, mina el esfuerzo de la administración estadounidense de poner en marcha un Gobierno efectivo y basado en el respeto de la ley y el orden que garantice además la seguridad de todos los afganos.
'Si vamos a conducir una estrategia en Afganistán, y damos imagen de respaldar la ilegalidad, nos estamos desacreditando a nosotros mismos', declaró el alto cargo de la Inteligencia Militar de Estados Unidos, el general Michael T. Flynn.
El hermano del presidente afgano confesó en una entrevista su colaboración con oficiales civiles y militares aunque no habló acerca de su relación con la CIA ni tampoco de su implicación en el contrabando de droga.
Las lazos financieros y la estrecha relación entre la Inteligencia estadounidense y Ahmed Wali Karzai no han hecho sino aumentar las dudas sobre la estrategia de Washington en Afganistán, la cual se encuentra bajo revisión a la espera de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se decida sobre el envío de un contingente de soldados extra a la región, una petición del principal responsable de la campaña estadounidense en Afganistán, general Stanley A. McCrystal.
Los movimientos de la CIA en la región sugieren además que Estados Unidos no están haciendo lo suficiente para frenar el lucrativo negocio del cultivo de opio en Afganistán, convertido en el mayor productor del mundo de esa droga que alimenta un mercado de 65.000 millones de dólares.
DESPRESTIGIO
En concreto, algunos altos cargos norteamericanos argumentaron que la confianza en Ahmed Wali Karzai, una de las figuras más poderosas en el sur de Afganistán donde la insurgencia talibán es mayor, mina el esfuerzo de la administración estadounidense de poner en marcha un Gobierno efectivo y basado en el respeto de la ley y el orden que garantice además la seguridad de todos los afganos.
'Si vamos a conducir una estrategia en Afganistán, y damos imagen de respaldar la ilegalidad, nos estamos desacreditando a nosotros mismos', declaró el alto cargo de la Inteligencia Militar de Estados Unidos, el general Michael T. Flynn.
El hermano del presidente afgano confesó en una entrevista su colaboración con oficiales civiles y militares aunque no habló acerca de su relación con la CIA ni tampoco de su implicación en el contrabando de droga.
