Reportaje

El modelo sueco contra la crisis: más recomendaciones que prohibiciones

Varias personas disfrutan del sol en un terraza de Estocolmo (Suecia). (Foto: Jessica Gow)
photo_camera Varias personas disfrutan del sol en un terraza de Estocolmo. (Foto: Jessica Gow)
Suecia afronta el coronavirus con un confinamiento "light" y apostando por una inmunidad colectiva de la población

Mientras que la mayoría de los gobiernos de Europa y muchos de otros continentes apuesta por confinamientos generales, suspensión de clases y cierre de las fronteras, Suecia ha adoptado durante la crisis sanitaria una línea más suave para afrontar la pandemia del coronavirus. A pesar de ello, está siguiendo el criterio de sus autoridades sanitarias, con muchas recomendaciones y alguna restricción, pero sin cerrar escuelas, guarderías, bares ni restaurantes, aunque fijando limitaciones a su actividad. Las prohibiciones son suaves, como la de concentraciones de más de 50 personas.

La estrategia sueca se puede resumir en abogar por la distancia social a través de algunas prohibiciones y muchas recomendaciones, y en que los mayores de 70 años se recluyan lo máximo posible. 

En esencia, el gobierno sueco, al contrario que el español, ha optado por una estrategia de "inmunidad colectiva" mediante la exposición. Esta estrategia plantea que la mayor parte de las personas menores de 65 años que contraigan el coronavirus -si no tienen enfermedades preexistentes importantes- lo vivan como una gripe normal o fuerte, o de manera totalmente asintomática, y las que se enfermen al grado de requerir hospitalización o cuidados de urgencia sean con seguridad menos que la cantidad de camas para atenderlas.

Además, dejan que gran parte de la población circule y se exponga para desarrollar inmunidad de manera natural, ya que cuando alrededor del 60 por ciento de la población lo haya hecho, habrá inmunidad colectiva y se cortará la transmisión del virus.

Lejos de las cifras de España, Italia o Francia, Suecia (con algo más de 10 millones de habitantes) supera los 2.000 fallecidos, con un índice de mortalidad que duplica el de Dinamarca y cuadruplica el de Noruega y Finlandia. 

Sin colapsos en las UCIs

A pesar de unas expectativas negativas, sus unidades de cuidados intensivos nunca se acercaron siquiera al límite, mucho menos al colapso, tal como sucedió en la mayoría de los países de Europa. No ha habido necesidad de montar hospitales auxiliares de campaña y las urgencias han ido absorbiendo el pico de contagios sin problemas. No en vano el sistema sanitario sueco está catalogado como uno de los mejores de Europa.

La crisis sanitaria no parece haber afectado a la confianza de los suecos en el Gobierno: al contrario, el Partido Socialdemócrata del primer ministro, Stefan Löfven, aumentó su apoyo a más del 30%, varios puntos por encima que anteriores encuestas.

"Ha habido una buena estrategia de comunicación, poniendo a expertos en primer plano. Hay una gran confianza en las autoridades. Lo bueno con los expertos es que nadie cree que haya una agenda política detrás", afirma Paul Ronge, asesor en comunicación especializado en situaciones de crisis.

La tradición de autonomía de las agencias públicas explica que en Suecia hayan sido los expertos los que más hayan aparecido en ruedas de prensa, y aunque Löfven ha ido aumentando su presencia, lo ha hecho más "como si fuera un presidente". "España, Italia y Francia han actuado como un esprínter, han tomado acciones muy rápidas, y eso crea pánico. En Suecia aún podemos aumentar las restricciones, existe esa posibilidad. Suecia está siendo como un corredor de maratón", sostiene Ronge.

Algunos medios internacionales han ofrecido una imagen de Suecia como un país sin restricciones donde la vida sigue igual, e incluso gobiernos extranjeros han criticado a las autoridades suecas. "Las desinformaciones sobre Suecia se explican quizás porque algunos quieren defender sus propias políticas", afirma Paul Runge.

Algunos expertos coinciden al afirmar que el confinamiento masivo de la población, practicado en casi todo el mundo, carece de fundamento científico y responde a la necesidad política de hacer algo y que parezca contundente. Lo correcto sería proteger únicamente a los más mayores y a los más vulnerables y dejar que el virus circule libremente en el resto de la sociedad, lo cual con el tiempo conduce a la llamada "inmunidad del rebaño", que finalmente anula sus efectos.

Aunque las competiciones deportivas están paralizadas como regla general, no ocurre lo mismo con la hípica, ya que se considera que no hay peligro de contagio. Asimismo, las estaciones de esquí en el norte del país están abiertas al público. Entre otras ventajas de Suecia, más de la mitad de los hogares de Suecia están compuestos por una persona, lo que dificulta la expansión del COVID-19.

En el aspecto económico, el Gobierno estima que el paro subirá de forma más moderada a la esperada en otros países europeos (del 6,7% al 9%) y calcula que el PIB bajará un 4% para después recuperar dicha caída en 2021. Si se diesen estos escenarios, el descenso de la producción y de la ocupación sería notable, pero marcadamente inferior al que se espera, por ejemplo, para España donde el Ejecutivo prevé un desplome del PIB del 9,2% este año y una tasa de paro que se elevará al 19%.


Las cifras del coronavirus en Suecia

10.230.185 Habitantes

21.520 Casos confirmados

1.005 Curados

2.653 Fallecidos

31 de enero Primer infectado

11 de marzo Primer fallecido

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