Un policía afgano mata a tiros a cinco soldados británicos que le entrenaban

Dos militares británicos destinados en Afganistán.
La muerte de cinco soldados británicos a manos de un policía afgano al que habían estado entrenando en la provincia de Helmand, en el sur de Afganistán, ha conmocionado a Reino Unido, no sólo por las circunstancias de los hechos sino por que se trata del ataque más mortífero contra el contingente británico en el país asiático desde 2001.
Según explicó el portavoz de las fuerzas británicas en Helmand, teniente coronel David Wakefield, el agente afgano abrió fuego contra los soldados británicos en un puesto de control en el distrito de Nad-e'Ali antes de darse a la fuga.

'Cinco soldados británicos, cinco de los nuestros, fueron abatidos en el ejercicio de sus obligaciones. No serán olvidados', aseguró el portavoz. Tres de los fallecidos pertenecían a los Guardias Granaderos y los otros dos eran miembros de la Policía Real Militar.

El Ejército británico ya ha abierto una investigación sobre este incidente, que constituye el más mortífero en combate para las tropas británicas desde que comenzó la operación en Afganistán en el otoño de 2001. Estas muertes elevan a 229 los militares británicos muertos en Afganistán, 92 de ellos este año.

Según la BBC, el asaltante sería un agente llamado Gulbuddin, quien aparentemente habría estado implicado en una disputa con su comandante, si bien fuentes tribales apuntan a un posible vínculo con los talibán.

El 'Daily Telegraph' precisa que los soldados se habían quitado su chaleco antibalas y su casco antes de ser disparados por el policía afgano, presuntamente armado con un fusil AK47. Los militares no tuvieron tiempo de reaccionar y cuatro de ellos murieron en el acto, mientras que el otro falleció posteriormente como consecuencia de las heridas sufridas, según el diario.

El portavoz militar explicó que los soldados muertos habían estado entrenando y viviendo junto con varios policías afganos en un puesto de control de la Policía Nacional afgana durante las dos últimas semanas.

REACCIÓN DE BROWN

El primer ministro británico, Gordon Brown, se apresuró a condenar lo ocurrido y a trasladar sus 'condolencias' a los familiares de las víctimas. 'Lucharon para hacer Afganistán más seguro, pero sobre todo, para hacer Reino Unido más seguro frente al terrorismo y el extremismo que siguen amenazándonos desde las zonas fronterizas de Afganistán y Pakitán', señaló.

'Ringo tribuno a su valor, destreza y determinación. Nunca serán olvidados', aseguró el primer ministro, muy presionado por la oposición ante el incremento en el número de bajas en Afganistán en los últimos meses, que los conservadores atribuyen principalmente a la falta de equipos adecuados.

'Es mi mayor prioridad garantizar que nuestros heroicos soldados tienen el mejor apoyo y material posible, y la estrategia correcta, respaldada por nuestros socios internacionales, y por un nuevo Gobierno afgano dispuesto a desempeñar su papel a la hora de hacer frente a los retos a los que se enfrenta Afganistán', aseveró. 'Nuestras tropas no se merecen nada menos. Mi compromiso con ellos sigue inamovible', aseguró Brown.

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