La Policía halla 230 laboratorios de cocaína en la zona oriental de Bolivia

Centenares de policías antidroga de Bolivia destruyeron en 48 horas por lo menos 230 laboratorios de producción de cocaína en el departamento oriental de Santa Cruz, informó hoy el ministerio de Gobierno (Interior).

El ministro de sector, Sacha Llorenti, dijo a los medios que 'se ha dado un golpe muy efectivo al narcotráfico' con la destrucción de ese número de 'pequeñas fábricas' de cocaína en la zona de Yapacaní de Santa Cruz, departamento fronterizo con Brasil y Paraguay.

Las operaciones comenzaron el viernes cuando los agentes hallaron un centenar de esos laboratorios y continuaron el sábado al encontrar 130 más, según las autoridades policiales que tienen previsto informar mañana sobre todos sus resultados.

Los laboratorios de producción de cocaína y las pozas para macerar coca, la planta que es la materia prima para esa droga, funcionaban en los patios traseros de las casas de los campesinos y a escasos metros de los pueblos de la zona de Yapacaní.

Se trata de un lugar que las autoridades consideran 'infectado' por el narcotráfico debido a su vecindad con el Chapare, la mayor región productora de la planta de coca de Bolivia, donde están las bases sindicales del presidente Evo Morales.

La policía también detuvo a 13 personas, confiscó armas y decomisó más de 150.000 dólares a dos campesinos.

En Bolivia, tercer productor mundial de cocaína tras Colombia y Perú, se decomisaron más de diez toneladas de esa droga en el primer semestre de 2011 y han sido capturadas en ese periodo más de 1.600 personas por narcotráfico, entre ellas decenas de peruanos y colombianos.

El ministro Llorenti también dijo que en el último mes se dio al menos 'cinco golpes contundentes el narcotráfico', pero remarcó que si bien son bandas formadas por extranjeros, no se trata de los 'carteles' que existen en otros países

Las operaciones antidroga se intensificaron luego de que Bolivia anunciara su próximo retiro de la Convención sobre Estupefacientes de la ONU de 1961 por su defensa de la hoja de coca y la defensa del masticado de la planta que práctica una minoría.

El Gobierno de Morales dijo que esa decisión no pretende incumplir la convención antidroga de la ONU, sino que es una estrategia para volver a adherirse al acuerdo pero con reservas sobre el masticado de coca, si bien los otros 191 países tienen hasta doce meses para analizar la solicitud boliviana.

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