El primer ministro ucraniano visita zona de combates en un gesto de autoridad

El primer ministro de Ucrania, Arseni Yatseniuk, visitó hoy a la tropas que combaten a las milicias prorrusas junto a ciudad de Slaviansk, el principal bastión de los separatistas, para demostrar que el Gobierno comienza a recuperar el control de la situación en el sureste del país.

"En nombre del Gobierno de Ucrania, quiero darles las gracias e inclinarme ante el hecho de que estén defendiendo el país bajo las balas. Muchas gracias por vuestro heroísmo, arrojo y voluntad", les dijo Yatseniuk a los soldados, citado por la oficina de prensa del Ejecutivo de Kiev.

Según el Servicio de Seguridad de Ucrania, en la ofensiva contra los baluartes separatistas las fuerzas gubernamentales han sufrido un total de 80 bajas, 14 de ellas mortales, casi todas junto a Slaviansk y la vecina ciudad de Kramatorsk.

La visita de Yatseniuk a la zona de los combates coincidió con el anuncio de la captura del ministro de Defensa de la autoproclamada "república popular de Donetsk", Ígor Kakidziánov.

Pero el golpe más duro para los prorrusos del sureste de Ucrania provino hoy directamente del Kremlin: el presidente ruso, Vladímir Putin, pidió el aplazamiento del referéndum separatista convocado para el próximo domingo y apoyó, aunque con matizaciones, las elecciones presidenciales ucranianas del 25 de mayo.

"Pedimos a los representantes del sureste de Ucrania, a los partidarios de la federalización del país, que aplacen el referéndum previsto para el 11 de mayo próximo", dijo Putin.

Las organizaciones prorrusas que proclamaron la creación de sendas "repúblicas populares" en las regiones orientales de Donetsk y Lugansk han convocado un referéndum sobre la independencia de sus territorios para crear un nuevo Estado que se llamaría "Novorossia" (Nueva Rusia).

De momento, se desconoce la reacción de los dirigentes prorrusos al llamamiento de Moscú, que entreabre la puerta a la posibilidad de una solución negociada a la crisis ucraniana.

Hasta hoy los líderes de la sublevación contra el Gobierno de Kiev aseguraban que las consultas populares se celebrarían contra viento y marea.

"Lo único que queremos es que se celebre el referéndum, que se sepa cuál es nuestra voluntad", dijo Galina, una residente de Mariúpol, ciudad de casi medio millón de habitantes situada en el sur de la región de Donetsk, a orillas del mar de Azov.

La mujer era una de las centenares de personas que se congregaron junto al Ayuntamiento de Mariúpol, después de que esta mañana fuerzas especiales de la policía desalojaran a los activistas prorrusos que ocupaban la sede consistorial desde hace varios días.

Los agentes emplearon gases lacrimógenos para expulsar del edificio a los ocupantes, varios de los cuales fueron detenidos.

Poco después, los agentes policiales se retiraron a las inmediaciones del edificio sin ninguna intención de hacerse fuertes en el interior.

Esta circunstancia fue aprovechada por los prorrusos, que volvieron a hacerse con el control del Ayuntamiento, donde volvieron a izar banderas rusas y la enseña de la "república popular de Donetsk".

Al menos tres ambulancias llegaron hasta la sede del consistorio para atender a varios activistas con síntomas de asfixia y escozor agudo en los ojos a causa de los gases lacrimógenos.

En Mariúpol, las fuerzas de seguridad parecen haber optado por una táctica de desgaste, sin entrar en enfrentamientos directos con los activistas prorrusos.

Al mismo tiempo, las autoridades redoblaron la medidas de seguridad en las carreteras de acceso a la ciudad con el emplazamiento de blindados y efectivos militares en los puestos fortificados de control.

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