Al parecer, el exfutbolista, de 46 años, y la diseñadora, de 47, no se dieron cuenta de la presencia del intruso, que entró en un dormitorio de la planta de arriba del domicilio situado en Holland Park, en el oeste de Londres, valorado en 47,3 millones de euros.
El hurto, que se produjo el pasado 28 de febrero, fue descubierto por otro de los hijos del matrimonio, Cruz, de 17 años, cuando éste regresó a la vivienda con unos amigos tras haber salido por la noche y vio que una de las habitaciones de invitados había sido saqueada y había trozos de cristales rotos de una ventana por el suelo.
Según la prensa local, el joven alertó a su padre, quien llamó a la policía mientras registraba con su hijo la propiedad, aunque el ladrón ya se había marchado, llevándose dispositivos electrónicos y bienes de diseño valorados en miles de libras.
La policía Metropolitana de Londres corroboró el robo, en el que desaparecieron varios objetos, si bien no se han producido detenciones relacionadas.