Tailandia acude a las urnas dividida por una crisis que arrastra desde 2006

Los tailandeses llegan a las elecciones del próximo domingo divididos por una profunda crisis política que arrastran desde el golpe militar de 2006 y tras meses de protestas antigubernamentales ininterrumpidas en las calles de Bangkok.

Marco ZabaletaEl Gobierno de la primera ministra, Yingluck Shinawatra, y con él Estados Unidos y medio centenar de países, creen que los comicios permitirán al país remontar la crisis.

Pero al sufragio no concurren todas las formaciones del panorama político y el Partido Demócrata, el principal de la oposición, no ha presentado candidatos.

Los cientos de miles de personas que secundan las protestas que dirige Suthep Thaugsuban, viceprimer ministro entre 2008 y 2011, con el Partido Demócrata, también boicotean el plebiscito y piden que antes se reforme el sistema político para evitar el mismo resultado electoral que en los últimos 13 años.

El bando del prófugo Thaksin Shinwatra, depuesto en el golpe militar incruento de 2006 y hermano mayor de Yingluck, ha ganado todas las elecciones celebradas en el país desde 2001.

'No hay una salida clara. Pero hay formas de crear una situación mala y potencialmente catastrófica, y una de ellas es rechazar las elecciones', opinan los expertos del centro de investigación International Crisis Group.

'También lo es la propensión de algunos dirigentes a conseguir con la presión de las masas -con frecuencia violenta- lo que no pueden obtener con el mandato popular o negociando. Aún más que elecciones, Tailandia necesita liderazgo para que haya un diálogo nacional participativo que recoloque al país en la senda de la estabilidad', según International Crisis Group.

Yingluck y Suthep se han sentado a negociar al menos un par de veces en los últimos meses.

La primera ministra ha rechazado desde el principio el uso de la fuerza contra los manifestantes y el 9 de diciembre disolvió el Parlamento y convocó elecciones anticipadas para el 2 de febrero.

A dos semanas de los comicios, el Gobierno declaró el estado de excepción en Bangkok y los alrededores por el aumento de la violencia relacionada con las protestas.

Suthep se mantiene en sus demandas iniciales: la formación de un consejo popular no electo, de 400 miembros, que modifique el sistema político en 12 ó 15 meses para acabar con la corrupción y expulsar de Tailandia para siempre lo que él llama el 'régimen de Thaksin'.

Thaksin es miembro de una rica familia del norte de Tailandia que llegó a coronel de la Policía y forjó un imperio empresarial que le convirtió en uno de los hombres más acaudalados del país antes de entrar en política con su partido y ganar en 2001 con un programa populista que hoy le copia hasta la oposición.

Su forma de gobernar los siguientes años, casi sin pisar el Parlamento y con políticas controvertidas, como la lucha contra el narcotráfico que causó cerca de 2.500 muertos en unos meses en 2003, le valió el apodo en la prensa del 'Berlusconi asiático', y la reelección en 2005, pese a las críticas.

La venta millonaria que hizo Thaksin de un conglomerado familiar exento de impuestos en enero de 2006 desató una ola de protestas que aprovechó el Ejército para, en aras de la estabilidad nacional, deponerlo ese mismo año.

El Gobierno golpista reformó la Constitución y el sistema político, inhabilitó a Thaksin y a un centenar de sus aliados para desempeñar cargos públicos durante cinco años, y convocó elecciones a finales de 2007, que volvió a ganar el bando del magnate.

Ese 2008, el ex primer ministro, que compró el equipo de fútbol Manchester City y luego lo vendió, fue condenado en rebeldía a 24 meses de prisión por abuso de poder.

El nuevo Gobierno pro-Thaksin no completó el año y se disolvió en diciembre de 2008 tras masivas manifestaciones que habían paralizado los dos aeropuertos de Bangkok.

El Partido Demócrata, en la oposición, recogió las riendas y gobernó hasta 2011, afrontando las manifestaciones de los llamados 'camisas rojas', partidarios de Thaksin, y de nuevo modificó el sistema político antes de llamar a las urnas.

En las elecciones de 2011, el prófugo Thaksin, que acabó por establecer su residencia en Dubái, recurrió a su hermana Yingluck, neófita en política, para que llevase a la victoria a su partido, el Puea Thai (De los tailandeses).

Yingluck gobernó con comodidad los primeros años hasta que brotaron las protestas actuales, cuando intentó pasar una amnistía rechazada por el Constitucional que podría abrir la puerta al regreso de su hermano.

Suthep aprovechó la coyuntura para lanzar su 'cruzada' contra Thaksin.

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