Testimonio de bombero: "Los focos se reactivaban casi en plan explosivo"

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photo_camera Dos bomberos apagando las llamas en el incendio en el centro de Portugal.

 Los bomberos de Madrid vuelven a casa tras salvar dos pueblos en Portugal con una gran sensación de haber hecho un gran trabajo ante un fuego "duro" y con "muchos focos"

Un grupo de 29 bomberos y tres sanitarios del ERICAM, el Equipo de Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid, partió hoy de regreso a España tras cuatro días de duro trabajo contra el fuego de Portugal, donde lograron que las casas de Fonte dos Sapos y Algares no fueran pasto de las llamas.

El comandante de este grupo, Aitor Soler, explica cómo "se reactivaban los focos casi en plan explosivo", cuando pensaban que todo ya estaba apagado.

Desde que se incorporaron a las labores de extinción durante la noche del domingo al lunes, decidieron trabajar de día porque "era cuando más peligro había" debido a que el fuego se intensificaba a causa de las condiciones meteorológicas adversas.

El primer día lo pasaron en la comarca de Góis, segundo epicentro del devastador incendio, junto al de Pedrógão Grande, que se ha saldado con 64 fallecidos, según el último balance.

Una de las jornadas más complicadas fue la del martes, cuando estaban junto a la población de Algares. "Fue complicado porque en algún momento el fuego se expandió por las copas de los árboles, justo cuando nos estábamos quedando sin agua", explicó.

El empeño de los 29 bomberos madrileños se vio compensado con la llegada de una cisterna de agua portuguesa: "Pudimos responder y logramos controlarlo", dice, para que, ya casi en Algares, las llamas no llegaran a las viviendas.

Sin embargo, "cuando pensamos que estaba controlado, en el propio Algares, apareció un incendio".

"También de estos explosivos, que se expandió por todo el valle de Algares con casas por todos los lados", relató el comandante del ERICAM.

A pesar de que fue un momento muy crítico, lograron unirse a un equipo de bomberos de Portugal y consiguieron que las llamas no afectaran a ninguna de las aldeas próximas.

Habían pasado ya momentos al límite, pero lo peor estaba por llegar en la población de Fonte dos Sapos, a medio camino entre Pedrógão Grande y Góis.

Ocurrió el miércoles, cuando el equipo del ERICAM acumulaba su tercera jornada de trabajo.

"Cuando todo estaba muy tranquilo, empezó un fuego en una zona con mucho vegetal que se iba directo a todas las casas", narró Soler.

"Ahí sí que tuvimos problemas de agua", recuerda el bombero, ya que la cuba del grupo se había ido a otra zona y tardó en llegar.

"Ahí estuvimos más justos", sin agua y con llamas altas, según el oficial de los bomberos, quien detalló que el tremendo apuro se solventó con la llegada de agua justo a tiempo y con la colaboración de un grupo de bomberos portugueses.

Aitor Soler, que ha participado con el ERICAM en grandes incendios por todo el mundo o en los terremotos de Haití, Chile o el de Lorca (Murcia), califica de "tremendo" el incendio de Portugal.

"Desde arriba, ibas viendo focos por todos los sitios y cada uno de ellos gordo", añade.

También explicó que en algún momento tuvo que alertar a sus compañeros sobre la peligrosidad y la conveniencia de salvaguardar la integridad física: "Eh, ponte seguro, que te estás poniendo en mal sitio", relató en primera persona el comandante acerca de los consejos que ofrecía al escuadrón.

Lejos de buscar el agradecimiento del pueblo portugués, este equipo de profesionales asegura sentirse muy reconfortado con el trato que les han dado, tanto la población de la zona en la que han estado como los propios organismos.

Se llevan "muy buena sensación" de la gente de allí, aunque lamentan profundamente "la gran cantidad de fallecidos y las hectáreas quemadas".

La última parada, en Vilar Formoso, justo en la frontera con Salamanca, donde hicieron una pausa para comer antes de emprender el último trayecto hasta Las Rozas (Madrid), lugar en el que se encuentra su base de operaciones.

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