El Gobierno español advierte que establecer cupos va contra la libre circulación de personas

La UE responderá a Suiza si pone trabas a la emigración

Frontera germano-suiza, sometida hasta ahora al Tratado de Schengen. (Foto: /STEFFEN SCHMIDT)
El secretario de Estado español de Asuntos Exteriores, Gonzalo de Benito, afirmó ayer que será necesario evaluar si el referendo suizo que aprobó imponer restricciones a los inmigrantes comunitarios tendrá 'consecuencias' en la relación de la Unión Europea (UE) con ese país. 'Habrá que ver, porque Suiza también se beneficia de otros aspectos del mercado interior, si (el referendo) tiene o no tiene consecuencias sobre los acuerdos bilaterales sobre Suiza y la UE', indicó a su salida del Consejo de Ministros de Exteriores comunitario que se desarrolla en Bruselas.
En su opinión, el Gobierno suizo 'tiene ahora un tiempo para valorar el resultado del referendo y las consecuencias que tenga en sus relaciones con la Unión Europea'. De Benito subrayó que el resultado del referendo en Suiza ha sido 'en cierta medida sorprendente'. 'Es cierto que afecta a un principio fundamental de la UE, que es la libre circulación de personas, que es un elemento fundamental del mercado interior', consideró el representante español.

Otros ministros europeos, como los de Francia, Luxemburgo o Bélgica, se mostraron especialmente críticos sobre los resultados del referendo, en tanto que la jefa de la diplomacia de la Unión, Catherine Ashton, vio necesaria una 'reflexión' sobre lo sucedido.

Los suizos aprobaron el domingo en un referéndum, por el 50,3% de los sufragios, volver a limitar la entrada de ciudadanos de países de la Unión Europea a su mercado laboral mediante el establecimiento de cuotas anuales de aquí a tres años. La UE y Suiza firmaron en 1999 una primera serie de acuerdos bilaterales, que entraron en vigor en 2001, que incluían la libertad de movimientos de personas. En 2004 las dos partes firmaron y ratificaron otra batería de acuerdos que incluía el Tratado de Schengen.

Según ese tratado, varios países de la UE -y otros, como Suiza- aceptaron la supresión de los controles en las fronteras interiores, que se trasladan a las exteriores.

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