La calle Galicia, en las inmediaciones del Posío, no es ni muy ancha ni tiene mucha extensión, pero en este pequeño tramo viario de la ciudad de Ourense nos encontramos a diario con numerosas deficiencias. El estado del asfalto es lamentable, lleno de baches y continuos pegotes, pero cuando llueve quienes lo pasan mal son los peatones, pues se ven salpicados por las ruedas de los coches al pasar por el gran número de charcos que existen casi en su confluencia con las calles Ramón Puga y Bonhome.
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