Cada año, en los presupuestos municipales los concellos tienen que provisionar una partida para reponer el mobiliario urbano que los incivilizados ciudadanos se dedican a destrozar con el único ánimo de hacer daño, como ocurre con el banco de la imagen, en la calle Cabeza de Manzaneda de Ourense. Aparte de impedir que otros vecinos puedan hacer uso y disfrute de ese mobiliario, obligan a destinar a su arreglo unos fondos que bien podrían destinarse a otros fines sociales y solidarios. Al final, el banco es el único que no tiene la culpa de nada.
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Angel Gómez Pérez
04/mar./16 - 12:29
Actualizado:
04/mar./16 - 12:30
04/mar./16 - 12:30
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