Que hay gente con gustos muy extraños, nadie lo duda. Que esos gustos extraños son culinarios, también es posible. El caso es que parece que alguien se está comiendo a pequeñas dosis este banco situado en la rotonda al fondo de la calle Dalí de Ourense, detrás de la parada de autobús, cerca de Os Remedios. Y de tanto hurtar en lo que debe considerar como una despensa, el banco se queda sin tablas donde sentarse a descansar los ciudadanos. Es que hay maderas que deben tener varias estrellas Michelín.
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