Me parece vergonzoso lo que sucede con quienes a diario pasean por la vía pública que transcurre junto al pabellón de Eiroás. Muchos hombres se paran y, sin ningún tipo de pudor, hacen sus necesidades en la cuneta a la vista de todos a plena luz del día. Ocurre constantemente, pero sobre todo durante los fines de semana, puesto que algunos vacían su vejiga incluso dentro de los portales.