El pasado año se iniciaban las obras de mejora de la pista que une la rotonda de la N-525 con otra rotonda de la carretera de Celanova.
El ritmo ya no era demasiado alto a lo que se sumó la pandemia del coronavirus por lo que estuvieron paralizadas una temporada. Ahora que deberían darle un empujón y finalizarlas, todavía sigue esta pista cortada y a corto plazo no se vislumbra que la vuelvan a abrir, lo que está cargando de tráfico la siguiente pista, la del Zepetal. Si al menos quedara una buena avenida, valdría la pena esperar, pero muchos nos temenos que decepcione nuestras espectativas.