La empresa Tragsa acomete una reforma para legalizar las instalaciones cerradas por Fomento

El aeródromo de Beariz estará de nuevo operativo en agosto

Estado de las obras de acondicionamiento de la base de Doade. (Foto: MARTIÑO PINAL)
La empresa Tragsa (sociedad de capital público) ha iniciado la reforma del aeródromo de Beariz, dedicado a la extinción de incendios, para adaptar las instalaciones a la normativa vigente. Fuentes municipales confirmaron que el objetivo está en que la pista de aterrizaje y despegue de los aviones ligeros, además de la nueva balsa para la captación de agua, que duplicará su capacidad, estén acabadas a principios del próximo mes de agosto, siempre que las condiciones climatológicas sean favorables.
Las obras, no obstante, se prolongarán unos meses más hasta ejecutar el proyecto de reforma integral que se rematará en el 2013, teniendo en cuenta que Medio Rural contempla dos anualidades. Las intervenciones consisten en el ensanche de la pista, que tiene una longitud de algo más de 900 metros, y en la construcción de una nueva balsa que tendrá prácticamente el doble de capacidad de la anterior, situándose en torno a un millón y medio de litros de agua para la carga de los aviones. Esta balsa y el edificio están ubicados en un frente de la pista y serán desplazados a uno de los lados, tal y como exige la normativa actual.

El edificio se prevé construir en el próximo año para su uso como almacén y como base de la emisora de radio. El proyecto también incluye el acondicionamiento de un amplio estacionamiento para tres aeronaves. La inversión prevista es de aproximadamente 400.000 euros y en estos momentos la empresa Tragsa procede a realizar la explanación de tierras a un lado de la pista de aterrizaje para la ubicación de la nueva balsa, la habilitación del aparcamiento y la reconstrucción del edificio.

El aeródromo empezó a funcionar en 2002 con tres o cuatro aviones y durante un periodo de seis meses al año. Su ubicación estratégica permite dar cobertura en la extinción de incendios a lo largo de todo el occidente ourensano y una parte de la provincia de Pontevedra.

Las instalaciones permanecían cerradas desde finales del pasado año por orden de Fomento y después de la denuncia del Colegio Oficial de Pilotos de Aviación Comercial, en septiembre de 2011, tras el accidente que sufriera uno de los aviones. Medio Rural adjudicaba a principios de año a Tragsa la realización de las obras.

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