La jueza le prohibió acercarse a la víctima y lo obliga a comparecer en el juzgado el 1 y 15 de cada mes
Jacobo J.R., de 19 años, detenido en la mañana de este miércoles por propinar por sorpresa un fuerte puñetazo a un vecino de O Carballiño mientras otra persona grababa la agresión, difundida en las redes sociales, quedó en libertad tras prestar declaración ante la titular del Juzgado de Instrucción 2 de la villa, aunque como investigado por un delito de lesiones y contra la integridad moral.
El joven reconoció los hechos y, según su abogado, Antonio Muñoz Somoza, se mostró arrepentido y pidió perdón a la víctima. "El vídeo es muy explícito, habla por si solo, poco más hay que decir", señaló el letrado.
La jueza lo dejó libre pero con la condición de que se persone los días 1 y 15 de cada mes en las dependencias judiciales. También le prohibió acercarse a la víctima en un radio de 300 metros.
Jacobo J.R. llegó al juzgado en un patrol de la Guardia Civil escoltado por dos agentes y mostrando en todo momento su rostro. Durante su comparecencia ante la jueza, aseguró que la persona que había grabado la agresión, difundida por las redes sociales, no es hermano suyo. "Reconoce que había una persona grabando, pero no es su hermano", señaló Antonio Muñoz, declinando desvelar la identidad del autor de la grabación, que en la tarde de ayer estaba siendo buscado por la Guardia Civil y Policía Local de O Carballiño para que comparezca en el juzgado.
Al parecer, se trata de un compañero con el que el acusado suele salir de copas durante los fines de semana. La agresión se produjo en la madrugada del pasado 31 de marzo, aunque la víctima (que tuvo que ser hospitalizada por lesiones en un ojo y nariz en Vigo y el CHUO) no denunció hasta este pasado martes por miedo a represalias. Sus amigos lo convencieron para que denunciara los hechos.
La detención se produjo después de seguirle la pista
La Policía Local de Carballiño detuvo al presunto agresor, Jacobo J. R., pasadas las 12,00 horas de ayer, después de seguirle la pista desde el momento en el que se formalizó la denuncia. Instantes después fue trasladado al cuartel de la Guardia Civil, donde le esperaba su abogado. En ambas dependencias el agresor se negó a prestar declaración. Durante todo el proceso, que tuvo gran repercusión en las redes sociales en Galicia y también a nivel nacional, el joven estuvo arropado por su familia, conocedora de los hechos. Entre la Guardia Civil y el patriarca del clan gitano, según pudo saber este periódico, había un acuerdo verbal por el que este se comprometió a entregar lo en las dependencias policiales. La Policía Local lo detuvo en cuanto lo localizó. Ayer se conoció que la víctima había perdido el parte de lesiones, el cual tuvo que ser solicitado de nuevo para ser presentado en el juzgado.
