EN LA PROVINCIA

Aumentan las familias que piden comida a los concellos

Un voluntario carga alimentos en la furgoneta de Protección Civil de Carballiño.
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Los servicios sociales redoblan esfuerzos y también presupuesto para atender la demanda

Familias que se han quedado sin trabajo a raíz del estado de alarma, inmigrantes y gitanos reciben cada semana de los concellos alimentos, medicamentos y productos de higiene. Los Servicios Sociales están redoblando esfuerzos y presupuesto para atender las primeras necesidades de personas, que en muchos casos nunca habían sido usuarios y que ahora no disponen ni tan siquiera de lo más básico.

Los servicios sociales de Maside realizan el reparto durante cuatro días a la semana a un total de 95 familias, un 25% más de las que atendía antes de la crisis sanitaria. Cuando antes se distribuían los artículos del Banco de Alimentos (excedentes de la Unión Europea) una vez cada cuatro meses, ahora hay que hacerlo a diario. "Entregamos una media de 25 bolsas cargadas de alimentos y productos de alimentos al día", puntualizan.

De las 95 familias usuarias, 65 residen en el poblado gitano de A Fontela, el resto son vecinos de Maside que se han quedado sin ingresos al dejar de trabajar.

Los Servicios Sociales de Carballiño constatan un incremento de 10 familias, la mayoría de ellas inmigrantes venezolanos, que están recibiendo alimentos y medicamentos a través de Cáritas y Cruz Roja, que adquieren lo necesario gracias a donativos privados y la subvención del concello. "Eran familias que estaban trabajando y ahora no tienen ingresos", indicaba la concejala responsable de este departamento, Guadalupe Sobrado. No obstante, el incremento de damnificados no se queda ahí, ya que hay personas que no reúnen los requisitos para ser usuarios de los Servicios Sociales y que están siendo atendidas directamente por concejales, Protección Civil y grupo de emergencias municipal.

Son 11 familias en esa situación, algunas alojadas en las pallozas del camping, varios de ellos ni siquiera están aquí empadronadas; también están las del poblado de A Pena y, además, "otras que tienen niños y que necesitan más productos perecederos como carne, pescado o leche, que compramos nosotros directamente y se los suministramos", explica Sobrado. Los usuarios también reciben la compra un día a la semana, según matizaba el concejal de Seguridade, Manuel Sotelo.

El Concello de Boborás dispone de una partida de emergencias para cubrir las necesidades de los más vulnerables y el aumento de solicitudes de alimentos a consecuencia de la actual situación ha motivado a la alcaldesa, Patricia Torres, a difundir dos números telefónicos: 988 402 008 y 667 552 726 para dar facilidades a las personas o familias que estén pasando dificultades por causa del coronavirus , para que contacten con Servicios Sociales y facilitarles alimentos.

En Castrelo de Miño han sustituido el reparto de productos por la entrega de vales de entre 100 y 300 euros mensuales en función del número de miembros de la familia solicitante y para artículos de primera necesidad que se deberán comprar en establecimientos locales.

La gran mayoría de los concellos están pendientes de sus mayores para que no les falte de nada y Arnoia fue uno de los primeros en contar con trabajadores voluntarios del propio concello para hacer los repartos. Después de tantos días de confinamiento, también se encargan de adquirir alimentos y medicamentos para familias que lo han solicitado. "Son inmigrantes que se estaban estableciendo aquí y no tienen medios", matiza el alcalde, Rodrigo Aparicio.

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Preocupación por la duración de la actual crisis

Tanto el personal de los Servicios Sociales como las autoridades municipales reconocen la importante labor de los voluntarios y también de organizaciones como Cáritas y Cruz Roja. Su preocupación mayor es el tiempo que se prolongará esta crisis sanitaria y las consecuencias que seguirá acarreando a tantas familias que se han quedado sin trabajo y sin recursos, y para los que han reforzado la atención.

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