El Concello de Carballiño iniciará en la próxima semana los trabajos de derribo de la nave que se utiliza como garaje del Grupo municipal de Emergencias y de Protección Civil situada al al lado de la antigua cantina de la estación de ferrocarril, sede de ambos equipos. La intervención se realizará por orden de la APLU (Axencia de Protección da Legalidade Urbanística de Galicia) a raíz de una denuncia de un particular, al ser construida por el Concello en zona verde hace más de 20 años.
No hay posibilidad de ningún tipo de recurso, por cuyo motivo el Concello está obligado a ejecutar la demolición que ha contratado a la empresa Quesme, de Cenlle, y que supone un coste de 20.000 euros.
Al mismo tiempo, el alcalde, Francisco Fumega, declaraba que está en proyecto una modificación puntual del Plan Xeral de Ordenación Municipal con vistas a convertir los 1.590 metros cuadrados de superficie de esta zona verde, en la que además de la parcela que quedará libre tras el derribo, también hay tres casas, antiguas viviendas de los trabajadores de Renfe, en suelo dotacional para dar funcionalidad al terreno y las edificaciones ahora sin uso.
Proyecto
Las obras deberán ser ejecutadas en un mes y en el proyecto se contempla la reutilización de parte de la estructura y de los materiales, teniendo en cuenta que está prevista la construcción de otras instalaciones destinadas a los grupos de emergencias en el antiguo campo de ganado, que se convertirán en la nueva sede, y que están a punto de sacar a concurso para su adjudicación. “Tamén se estudan os posibles usos que podería ter a parcela en cuestión e as posibilidades de recuperar posibles usos permitidos nas edificacións existentes, consideradas dende o concello cun alto valor patrimonial por formar parte do conxunto que complementa a propia estación
ferroviaria”, matiza Fumega.
El Concello dispone de una subvención ya confirmada por Vicepresidencia de la Xunta de Galicia, “que permitirá reubicar parte dos servizos existentes na actualidade nestas instalacións, e por un importe que ascende a 150.000 euros”, puntualiza el regidor municipal.
La nave a derribar tiene una estructura formada por cuatro pórticos metálicos y la cubierta a dos aguas sobre estructura metálica, con una planta rectangular de una superficie aproximada de 220 metros cuadrados y una altura aproximada de seis metros.
La fachada principal ha sido construida en piedra y cuenta con tres portales metálicos de acceso, mientras que los laterales y la fachada posterior están ejecutados con bloque prefabricado de hormigón.
