Fueron derribadas tanto el tejado como las paredes de la granja, que mostraba ya claros signos de deterioro
El derrumbe de parte de la estructura de la conocida como "granxa do Rosareiro", en Piñor (Ourense), puso en peligro este domingo a los dos centenares de cerdos que albergaba este espacio, muriendo más de 50 de ellos. El suceso ocurrió en el lugar de Cotelas, perteneciente a la parroquia de A Canda. Según informa el 112 Galicia, fue un particular quien llamó para solicitar ayuda tras comprobar que se había hundido la estructura. La propietaria es conocida por los vecinos como Modesta.
Algunos de los animales, a pesar de sus heridas, se escaparon corriendo por un camino, pero fueron rápidamente rescatados la mayoría de ellos. Otros muchos se habían quedado atrapados entre los escombros, bajo los restos de la edificación, y fueron rescatados poco a poco con el paso de las horas gracias a una intervención conjunta.
La granja de A Canda, en ruinas después del derrumbe. (Foto: Miguel Ángel)
El 112 movilizó a los bomberos de O Carballiño, la Guardia Civil, Seprona, los servicios sanitarios y los miembros de Protección Civil de Piñor. Una vez llegados al lugar, los efectivos confirmaron que el tejado y las paredes de la granja habían sido derribadas. No obstante, no había personas heridas en el lugar.
El derrumbe se produjo a las seis de la tarde y los bomberos y el personal del Concello trabajaron desde entonces para tratar de mover los escombros y liberar con vida a los máximos animales posibles. Se empleó un camión pluma con el objetivo de retirar los cascotes. El alcalde de Piñor, José Luís González Rodríguez, explica que el derrumbe terminó con la vida de al menos un cuarto de los cerdos. Por su parte, los supervivientes fueron trasladados en camión para su tratamiento.
Al caer la noche ya habían sido rescatados entre 80 y 100 animales y se esperaba poder sacar con vida a tiempo a al menos dos decenas más de ellos. El trabajo de rescate continuaba aún al llegar la noche y al cierre de esta edición.
El regidor de Piñor estima que el efecto nocivo de los gases de la factoría puede haber sido la causa del suceso, al terminar pudriendo su antigua estructura de hormigón, también desgastada por el paso de los años.
