El alcalde urge al Obispo a ejecutar las obras, asegurando que no permitirá que "se converta nunha curva de Angrois"
La iglesia parroquial de Maside permanece cerrada desde que a principios del pasado mes de marzo se descubrió el desplazamiento de las paredes, que se inclinan hacia fuera de forma alarmante, lo que conlleva un alto riesgo de desplome de la cubierta. La empresa contratada por el Obispado para realizar la reparación del tejado por la filtraciones de agua, que estaban afectando el interior del edificio, fue la que se percató del abombamiento de la estructura. El alcalde, el socialista Celso Fernández, y los técnicos municipales transmitían a los responsables del Obispado durante una reunión que "non se vai permitir que o templo parroquial se converta nunha nova curva de Angrois", insistiendo en que "non se vai permitir que corra perigo a vida dunha soa persoa".
Posteriormente, técnicos de Patrimonio visitaban el templo y se encargaba un informe al catedrático de Estruturas da Escola Superior de Arquitectura, Juan Valcárcel, que procedía a realizar una “radiografía” de las paredes. El informe técnico ya está terminado y ahora el regidor municipal urge al Obispado a ejecutar cuanto antes las obras necesarias, teniendo en cuenta que la parroquia dispone de 150.000 euros obtenidos de la herencia de la familia Herrero.
El delegado de Patrimonio en la Diócesis, Miguel Ángel González, confirmó el riesgo de desplome, aunque aseguró que sólo existe en la nave y que "el crucero y la cabecera se podrían utilizar", aunque puntualizó que "nadie está forzando a abrir la iglesia". Añadió que se está a la espera de recibir el informe de Valcárcel que ya tiene Patrimonio para pedir presupuestos y adjudicar la obra.
