Dolores, la ahijada de Madarnás que no pudo conocer a su abuelo

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photo_camera Casa del lugar de Medela en donde nació Vicente Pedrouzo Fernández, en la parroquia carballiñesa de Madarnás.

Vicente Pedrouzo murió en 1926, cuando su nieta y ahijada apenas tenía un año. 

Nieta y ahijada del único ourensano entre los "últimos de Filipinas", Dolores Pedrouzo Álvarez, con 91 años muy bien llevados -sorprende la agilidad de la que hace gala así como su lucidez y jovialidad-, me trasladó en una conversación telefónica que no había tenido la suerte de haber conocido a su abuelo, pues éste murió en 1926 cuando ella apenas tenía un año. Dolores, hija de Manuel Pedrouzo Vigide, único descendiente varón de Vicente Pedrouzo, y de Concepción Álvarez Fernández, accedió amablemente, previa fructuosa intercesión de su sobrina Dolores Vence Pedrouzo, bisnieta a su vez del personaje que nos ocupa, a ejercer de ejemplar cicerone por las tierras de sus mayores.

Tal y como habíamos quedado en jornadas previas, a las diez y media de la mañana de una inusual, soleada y calurosa jornada de finales de octubre , como un clavo -la gente "de ley" suele ser muy puntual-, allí estaba esperando en el cruce de la localidad carballiñesa de Madarnás, en la carretera que une la villa del Arenteiro con la de Lalín. Efectuadas las presentaciones de rigor no pude por menos que trasladarle mi grata impresión por su rumbosa presencia y por esa perenne sonrisa que no me abandonó durante toda la gratísima mañana que compartimos.

De vuelta al coche emprendimos camino hacia una vivienda en Medela, población situada en un altozano próximo a Madarnás y desde la que se contempla unamplia visión de la villa de O Carballiño y su entorno. De planta rectangular y dos alturas, está medianamente bien conservada debido a las obras de consolidación acometidas por su actual dueño, que nada tiene que ver con la familia que nos ocupa. En ella, según me trasladó mi diligente guía, habría nacido Vicente Pedrouzo, tal y como recuerda que le contaron sus allegados, y se puede cotejar con la partida civil de defunción de su abuelo. Expedida el 15 de octubre de 1926 y en la que consta que tenía 64 años el día de su óbito, desencadenado por una endocarditis, que era natural de Medela y tenía domicilio en Madarnás, donde falleció a la postre.

El texto también cita que era labrador y que estaba casado con Dolores Vigide, de Cusanca (Irixo), "de cuyo consorcio deja cuatro hijos mayores de edad, llamados Carmen, Manuel, Concepción y Dosinda". Dolores Pedrouzo Álvarez es uno de los cuatro hijos que tuvo Manuel, único descendiente varón de nuestro "último filipino".

En la familia, además de Vicente a Filipinas, su hijo Manuel y su nieta Dolores también emprenderían el camino forzoso de la emigración, el primero a Argentina y la segunda a Alemania.

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