Un emprendedor solidario en O Carballiño

Cristian Díaz es un emprendedor que lleva menos de un mes con su negocio en marcha, lo que no le impide ser solidario y donar 600 kilos de las patatas que cultiva. Apuesta por la economía circular, así que cosecha, envasa y distribuye.

Aunque Cristian Díaz González es un joven emprendedor, cuyo negocio apenas lleva un mes funcionando, el esfuerzo que requiere poner en marcha un proyecto no le impide ser solidario y por eso este pasado viernes donaba a Cáritas y San Vicente de Paul de Carballiño y también a los Servicios Sociales de Maside 600 kilos de patatas de su propia cosecha.

El destino del tubérculo serán las familias de ambos concellos que solicitan ayuda a través de los servicios sociales municipales a Cáritas para cubrir necesidades básicas como la alimentación, vestido, abono de alquileres, medicamentos o productos de higiene, entre otros.

Cristian Díaz es natural de Xinzo, en donde cultivaba la patata con su padre José Antonio Díaz en una propiedad de aproximadamente 10 hectáreas. “Es una pequeña explotación si la comparamos con otras de esta zona”, matizaba.

El amor y el matrimonio le llevaron a residir en Carballiño, aunque no fue ninguna casualidad que estableciera la sede de su empresa en una nave alquilada de Maside, porque su mujer es de ese municipio.

“Cuando trabajaba con mi padre en Xinzo vendíamos al por mayor, fundamentalmente a fábricas y algo también a distribuidores”, explica este agricultor, que en su deseo de evolucionar y pensando en la idea que se está difundiendo de un tiempo a esta parte, sobre todo a raíz de la pandemia, de que los productos de proximidad son mejores, se decidió a poner en marcha su propia empresa, montando el ciclo completo de cultivo, envasado y distribución puerta a puerta.

Empezó en el pasado mes de enero y afirma que está vendiendo muy bien. El sistema que sigue consiste en primer lugar en dar la prueba del producto, y después “unos compran y otros no, porque aquí trabajan distribuidores que en algunos casos llevan hasta 40 años en el oficio, por lo que resulta difícil sustituirlos”, explica.

Aún así, en tan pocos días, ya consumen sus patatas diversos establecimientos de hostelería, colegios y residencias de mayores, incluso también reparte en casas si se lo piden.

El truco está en realizar muchas visitas para ir ganando clientes, aunque puntualiza que “no se trata de coger la exclusiva con nadie porque entiendo que hay una importante competencia”.

No obstante, si de algo está orgulloso es de que su empresa apuesta por la economía circular que es el nuevo sistema económico y social que busca producir bienes y servicios aprovechando los recursos y reduciendo el consumo de materias primas, agua y fuentes de energía. Incluso en Xinzo son pocos los que siguen esta línea y “aquí no había ninguna empresa de estas características, lo que me animó a crearla”, explica.

De esta forma, junto con su padre cultiva y recolecta la patata en Xinzo, seguidamente la envasa en su nave de Maside y después la distribuye en su furgoneta, rotulada con la marca “Patacazos, que no es un nombre cualquiera porque Zos es el pueblo en donde cultivamos las patatas”.

Comienzos duros

Reconoce que los comienzos son duros, porque hay que recorrer muchos locales y hablar con mucha gente. Por el momento, está vendiendo en la zona de Carballiño y Maside, si bien sus planes son abarcar otras limítrofes. “En principio la provincia de Ourense hacia la zona de Lalín, Silleda, A Cañiza y Santiago, no hacia Xinzo en donde hay mucha competencia”, indica Díaz.

También está pensando en la venta por internet para lo cual proyecta lanzar en próximos meses una página web para facilitar a los posibles clientes la compra de su producto.

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