O Carballiño

Carballiño despide a José González, el empresario muerto en México

El templo de la Veracruz acogió el funeral, al que asistieron cientos de allegados y vecinos

El templo de A Veracruz se llenó ayer con cientos de vecinos, amigos y conocidos de José González González, el empresario carballiñés de 75 años asesinado en Ciudad de México el pasado sábado. El funeral dio comienzo a las 11,00 horas y estuvo oficiado por el párroco del municipio,  José Benito Sieiro, conocido del fallecido. Entre los asistentes se encontraban vecinos de Beariz, San Amaro y Carballiño, compañeros del sector empresarial y amigos. Tanto la ciudad americana como la gallega se fusionaron como muestra de apoyo ante la situación de inseguridad que se está viviendo allí, donde en los últimos cuatro meses, cuatro ourensanos perdieron la vida de forma violenta. Las autoridades locales, entre ellas el alcalde de Carballiño, Francisco Fumega, o el exsecretario general del PSdG, Pachi Vázquez, se acercaron hasta el lugar para mostrar su apoyo a la familia. El oficio transcurrió entre un ambiente de dolor y rabia, provocada por los detalles que envuelven este crimen. 

Los restos mortales de José González se pusieron a disposición de la familia una vez finalizó la primera fase de la investigación del asesinato. Posteriormente, fueron repatriados y llegaron directos desde el aeropuerto hasta la iglesia de su municipio natal, donde fue despedido con gran dolor por cientos de personas. La viuda, Josefa Gulías, adelantó su viaje desde México acompañada por sus hijos y nietos. Una representante de la familia González Gulías confirmó, al término del oficio, que, "debido a problemas de salud", no recibirían duelo. Además, mostró el agradecimiento por todas las muestras de cariño y apoyo recibidos "en tan duros momentos". A continuación, la sepultura tuvo lugar en el cementerio de la parroquia de O Señorín, acto reservado en exclusiva para los más allegados.

El trágico suceso ocurrió el sábado pasado de madrugada, cuando José González fue asesinado con varios disparos, uno de ellos alcanzándole en la cabeza y acabando con su vida a la puerta de uno de sus locales hosteleros. El fallecido había convertido la ciudad mejicana en su lugar habitual de residencia, en la que había conseguido crear un gran compendio empresarial, formado por hoteles, gasolineras y restaurantes. Los lazos familiares lo mantenían unido a su ciudad natal, O Carballiño, a donde iba a pasar sus vacaciones cada año. Tanto él como su mujer eran conocidos en Beariz y en el municipio carballiñés como al otro lado del charco. El hermano de ella, Florencio Gulías, es el presidente del Centro Gallego en México.

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