Ningún vecino de Arcos compitió con el empresario Florindo González, que fue el único que pujó con 1.000 euros para introducir la imagen de Santa María en la iglesia, como viene haciendo desde hace muchos años.

Florindo puja en solitario

Florindo González y su esposa introducen la imagen. (Foto: M.P.)
Los vecinos de Arcos, la localidad carballiñesa cuna de las pulpeiras, demostraron un año más su gran devoción por la patrona Santa María.
A las 13,00 horas de ayer se reunían para participar en la procesión, asistir a misa, y también al ritual que conservan heredado de sus ancestros la subasta de las andas de la imagen en el mismo atrio para adquirir el privilegio de devolverla al interior de la iglesia. Florindo González, empresario local dedicado a la pesca, distribución de pulpo y congelados, no tuvo rival. Los feligreses guardaron un silencio casi sepulcral cuando el vecino encargado de la subasta, Aquilino García, iniciaba la puja. Primero, la mano derecha, con 50 euros de salida, que Florindo González y uno de sus hijos fueron subiendo poco a poco en solitario hasta redondear los 500 euros. La escena se repitió con la mano izquierda, completando la familia los 1.000 euros.

Habitualmente, los vecinos de Arcos ceden el honor a este hombre cada 15 de agosto, salvo algunos años en los que una promesa o una muestra de agradecimiento por parte de otra persona a la Virgen subió la subasta, alcanzando cifras tan inusuales como los 8.000 euros, los 7.200 e incluso los 3.300 euros del año pasado. El expedáneo, Suso Pereira, recordaba que este empresario también paga las dos bandas de música de la fiesta, además de las aportaciones económicas que hace toda la familia.

Florindo González apuntaba que 'xa nin recordo cantos anos o levo facendo, porque sempre hai algo que agradecer'. Uno de sus recuerdos más intensos fue cuando uno de sus barcos en plena tormenta se salvó.

Hoy, día de feria en Carballiño, los pulpeiros vuelven al trabajo. Mañana seguirán la 'troula'.

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