Tribunales

Dos años de cárcel por una agresión grabada en vídeo en O Carballiño

El inculpado dice que pidió perdón a la víctima, una pesona vulnerable, y que está arrepentido

El semblante amable de Jacobo Jiménez en la vista celebrada ayer en el Juzgado Penal 2 nada tenía que ver con el desafío camorrista que protagonizó en la madrugada del 31 de marzo de 2018 cuando se topó con un vecino de Carballiño, enfermo y especialmente vulnerable, y lo agredió para que otro amigo, menor de edad, lo grabase en vídeo para su difusión en redes sociales.

Reconoció los hechos y aceptó la condena tras el acuerdo alcanzado entre su letrado y la fiscal. Dos años de prisión por lesiones en concurso con un delito contra los derechos fundamentales. Tendrá que indemnizar a la víctima con 1.440 euros, en concepto de incapacidad y secuelas, y al Sergas con 361 por los gastos derivados de la asistencia médica.  Tampoco podrá acercarse a él a menos de 300 metros (no viven en el mismo lugar) ni comunicar por un periodo de tres años.

El inculpado quiso mofarse de la condición de persona desvalida de la víctima, reconoce
 

La jueza explicó al inculpado que no ingresará en prisión siempre que no delinca de nuevo en el plazo de dos años y abone la responsabilidad civil, aunque sea de forma fraccionada por falta de ingresos.

 Al término de la vista Jacobo no quiso entrar en detalles sobre este percance pero sí reconoció que está arrepentido de su comportamiento y que pidió perdón a la víctima, oriundo de la villa del Arenteiro y muy querido por sus vecinos, que desde hace años arrastra problemas de salud. De hecho, la fiscalía hacía mención en su escrito de calificación provisional sobre la vulnerabilidad del denunciante por sus enfermedades y "el deterioro físico por adelgazamiento extremo". Considera, así lo recoge la sentencia, que la intención del acusado era la de mofarse del denunciante y menospreciar su dignidad personal.

El puñetazo en la cara que recibió le fracturó el seno maxilar izquierdo así como la pared inferior y posterior lateral de la órbita izquierda. Por estos hechos, que ocurrieron en los soportales de la Plaza Mayor, ya fue juzgado el menor que grabó el puñetazo en su teléfono móvil.  
 

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