ENLACE EN CARBALLIÑO

Llegó el día de la gran boda gitana

photo_camera Leticia Manzano y Fabián Gavarre, antes del paseo. (JOSÉ PAZ)

La hija pequeña del patriarca de A Pena, Leticia Manzano, se casó con uno de los hijos del patriarca de Santián, Fabián Gavarre.

La boda gitana se está celebrando según lo previsto. La "justadora" comprobó la virginidad de la novia y su padre, Edelmiro Manzano, respiró aliviado. Porque los gitanos se toman muy en serio este ritual, hasta el punto de que si no saliera bien, "sería una gran vergüenza para mi, tendría que suspender la boda, el novio podría rechazarla y tendría que marcharme de Carballiño", aseguraba Manzano, el patriarca del poblado de A Pena. Así empezaba la fiesta, en el poblado de Santián (Maside) en donde a partir de las 16,00 se fueron sumando los invitados, siendo los primeros en llegar quienes celebraban la virginidad de Leticia Manzano, la joven de 15 años que contrajo matrimonio siguiendo la tradición gitana con Fabián Gavarre , de 17.

El poblado resonaba con los ritmos flamencos y cada uno de los hombres asistentes auparon a los novios al compás de la música, mientras caían sobre ellos kilos de almendras confitadas y caramelos. Sedas, tules, vestidos largos, tocados y mucho colorido entre las señoras, mientras que en los hombres dominaban los trajes blancos y negros. Los novios vestían de rojo durante las primeras horas, en las que también recibieron los regalos de los invitados, cuyos nombres fueron cantando. Después, la pareja abandonó la nave en la que se celebra la fiesta para cambiarse de ropa. "Lo hacemos como mínimo tres veces en el mismo día, hay alguna que ha traído hasta siete vestidos", indicaba una de las asistentes.

En habitaciones separadas y acompañados, ella por las mujeres, y él por los hombres, se pusieron sendos trajes blancos, y cada uno de los acompañantes les fue colocando una prenda. Después, los novios abandonaron el poblado para "hacer el paseo", que consistió en una visita a la Praza da Veracruz, donde se hizo el reportaje fotográfico.

A partir de las 20,00 horas se esperaba la mayor afluencia de invitados, procedentes de otros lugares, ya que los padres de los novios cursaron 700 invitaciones. Allí se reencontraron los tres patriarcas: Manzano; el padre del novio, José Gavarre (Santián) y Juan Jiménez (A Fontela) para disfrutar de esta gran boda gitana de tres días. Lo que no habrá es luna de miel, porque la novia estudia en el Instituto y debe reincorporarse a clase. n

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