La suspensión de actividad del grupo Marbar, con sede social en Tomiño (Pontevedra), ha dejado una deuda de 240.000 euros al contratista subcontratado que estaba construyendo un edificio de dos plantas y 16 viviendas en Carballiño. Las dos inmobiliarias que ofertaban los pisos aseguraron que no vendieron ninguno, aunque no descartan que lo hiciese personalmente el administrador de Marbar. Por otra parte, una constructora de Cea que estaba trabajando en A Cañiza también es una de las perjudicadas.
Construcciones Marbar, con domicilio social en Tomiño (Pontevedra), tiene un edificio sin rematar en Carballiño. La suspensión de actividad del grupo constructor y la desaparición el pasado lunes del único administrador, Manuel Martínez Barros, ha dejado en la estacada a los obreros, a empresas subcontratadas, a suministradores de material y compradores de viviendas que habían adelantado fianzas de 30.000 a 60.000 euros. El edificio de Marbar en Carballiño está situado en la calle Alexandre Bóveda y está prácticamente acabado. Dos inmobiliarias se encargaban de la venta de las 16 viviendas construidas: Rodespi y Segurmed, cuyos responsables aseguraron que no habían efectuado ninguna transacción. No obstante, tampoco descartaron que el propio Manuel Martínez Barros cerrase personalmente la venta de alguno de los pisos.
Inversión en A Cañiza
Esta es la única construcción que tenía el grupo en estos momentos en el entorno de las comarcas de Carballiño y Ribeiro, aunque en el Concello de Melón, los vecinos no descartan que pode haber alguien que comprou na Cañiza algunha vivienda como inversión.
Uno de los grandes perjudicados por esta obra es el contratista Hermanos Núñez Diego, de Tomiño (Pontevedra), que fue el responsable de la construcción en Carballiño. Nós fixémoslle a Marbar moitísimas obras, levamos na Cañiza cinco ou seis anos e tamén construimos en Portugal, manifestó el responsable de la empresa subcontratada. Y añadió que Marbar, de momento ten todo cuberto, porque ten todo pagado ata o día 20 deste mes de xaneiro, a incertidume xurde co que vai pasar a partir de agora. A este constructor le quedan pendientes por cobrar 240.000 euros que corresponden a los trabajos realizados en el edificio de Carballiño. El empresario aseguró que entrará a formar parte de la plataforma de afectados, dado que la deuda total que deja el grupo podría rondar los 25 millones de euros.
Las inmobiliarias carballiñesas declararon que non acostumbraba a facer as subcontratas aquí, xa que utilizaba empresas da Cañiza. Sin embargo, una empresa de San Cristovo de Cea, que dispone de seis obreros, y estaba trabajando en la construcción de chalés en A Cañiza, es una de las perjudicadas, aunque el propietario prefiere mantenerse en el anonimato y no ha querido hacer declaraciones.
Inversión en A Cañiza
Esta es la única construcción que tenía el grupo en estos momentos en el entorno de las comarcas de Carballiño y Ribeiro, aunque en el Concello de Melón, los vecinos no descartan que pode haber alguien que comprou na Cañiza algunha vivienda como inversión.
Uno de los grandes perjudicados por esta obra es el contratista Hermanos Núñez Diego, de Tomiño (Pontevedra), que fue el responsable de la construcción en Carballiño. Nós fixémoslle a Marbar moitísimas obras, levamos na Cañiza cinco ou seis anos e tamén construimos en Portugal, manifestó el responsable de la empresa subcontratada. Y añadió que Marbar, de momento ten todo cuberto, porque ten todo pagado ata o día 20 deste mes de xaneiro, a incertidume xurde co que vai pasar a partir de agora. A este constructor le quedan pendientes por cobrar 240.000 euros que corresponden a los trabajos realizados en el edificio de Carballiño. El empresario aseguró que entrará a formar parte de la plataforma de afectados, dado que la deuda total que deja el grupo podría rondar los 25 millones de euros.
Las inmobiliarias carballiñesas declararon que non acostumbraba a facer as subcontratas aquí, xa que utilizaba empresas da Cañiza. Sin embargo, una empresa de San Cristovo de Cea, que dispone de seis obreros, y estaba trabajando en la construcción de chalés en A Cañiza, es una de las perjudicadas, aunque el propietario prefiere mantenerse en el anonimato y no ha querido hacer declaraciones.
