Cuatro menores de Carballiño sufrieron durante años el carácter despótico y la ira del la pareja de su madre en un contexto de convivencia familiar ya que compartían todos ellos la misma vivienda.
Los niños vivían aterrorizados hasta que el asunto llegó al juzgado y posteriormente al Penal 2, en donde el inculpado, Sebastián A.V., reconoció el delito de maltrato habitual y fue condenado a un año y nueve meses de prisión.
El acusado, hasta agosto de 2019, "de manera habitual" , recoge la magistrada, ejerció violencia física y psíquica sobre menores necesitados de una especial protección. Así, según la denuncia y sentencia que él mismo aceptó, los pellizcaba, les daba empujones, cachetes en la cabeza, la cara, espalda o brazos al tiempo que los insultaba. Entre las expresiones relatadas, figuran "inútiles", "mongolos", "subnormales" o "hijos de puta". Según reconoce la sentencia de conformidad, el acusado "creo un clima de terror en el domicilio" con su manera de tratar a los niños.
El fallo judicial también acarrea otras medidas al margen de la pena de prisión: inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, privación del derecho a la tenencia y poste de armas durante tres años y la prohibición de aproximarse con los cuatro menores a una distancia inferior a 100 metros durante dos años así como comunicarse con ellos por cualquier medio, además de las costas del procedimiento.
La prisión, suspendida
La pena de prisión quedó suspendida durante dos años siempre y cuando el inculpado no delinca de nuevo o incumpla alguna de las condiciones impuestas en la sentencia, que es firme.
La madre de los niño renunció a las acciones que pudieron corresponderle como representante legal de los menores, en cuento a la posible indemnización.
